Pregunta para Asamblea de Madrid
Mi hijo murió en la semana 35 de gestación. Se habla mucho de duelo perinatal, 1 de cada 4 embarazos lo viven, pero no hay recursos para gestionarlo. ¿Dónde queda el apoyo médico, psicológico y burocrático para transitarlo?
Soy madre del pequeño Fabián que falleció en la semana 35 de gestación, y a pesar de que esto ha sido un golpe devastador, la situación en la que me encontré tras su muerte me hizo sentir más desamparada aún. Cuando me informaron de que no había latido, lo hicieron de una manera fría y superficial, sin la más mínima empatía ni consideración por el dolor que estaba viviendo. Después, mi proceso tuvo que incluir una intervención quirúrgica de urgencia de 9 horas para sacar a mi hijo sin vida, lo cual fue, como podéis imaginar, una experiencia traumática.
En el hospital, la falta de espacios adecuados para gestionar el duelo fue alarmante. No hubo ningún tipo de acompañamiento psicológico ni un entorno propicio para el trabajo emocional necesario. La situación fue tan dolorosa como insostenible, y las condiciones hospitalarias no ayudaron en absoluto. La angustia que viví, se agravó por la indiferencia y la falta de preparación del personal sanitario que me atendió.
Lo más grave de todo esto es que, aunque se habla mucho de duelo perinatal y se mencionan las estadísticas que dicen que 1 de cada 4 embarazos no llega a término, la realidad es que no hay un protocolo claro que contemple el apoyo necesario para las madres y padres que enfrentan esta dura pérdida. No hay un sistema de apoyo adecuado que cubra tanto la atención médica, como la psicológica y, lo que también es vital, la parte burocrática. Este tipo de muertes no debería tratarse como un simple trámite o una "anomalía" a resolver rápidamente.
En muchos casos, el personal sanitario no tiene la formación ni los recursos necesarios para brindar un acompañamiento adecuado, lo que puede empeorar aún más el sufrimiento de las familias. Es esencial desarticular el tabú que existe alrededor del duelo perinatal, empezando por una mejor formación del personal sanitario en la gestión de estas situaciones tan delicadas. El acompañamiento emocional debería ser un estándar, no una opción. No puede ser que dependiendo del hospital o la persona que te atienda, el trato y el apoyo varíen de una manera tan radical.
Lo que necesitamos es un protocolo unificado, que garantice una atención coherente y respetuosa en todos los hospitales y centros de salud. La falta de apoyo adecuado puede desencadenar problemas de salud mental graves, como depresión postparto, ansiedad, y hasta trastornos de estrés postraumático. Es fundamental que se invierta en recursos para darles a las madres el acompañamiento que necesitan, tanto en el aspecto psicológico como en el laboral. Esto no es un proceso sencillo ni a nivel emocional ni a nivel físico, y debe ser tratado con la seriedad y la humanidad que se merece.
Juntos, con tu firma, podemos lograr un cambio que ayude a tantas madres y padres que sufren una pérdida irreparable. Muchas gracias a todos.