Pregunta para Asamblea de Madrid
Sufro depresión desde los 15 años y una década después, sigo igual. ¿Cuándo se abordarán las carencias que tiene la sanidad pública en salud mental?
Desde que era adolescente, mi vida ha estado marcada por la depresión. Todo empezó a los 15 años, cuando el acoso escolar, y circunstancias familiares, me empujaron a un pozo del que, diez años después, sigo intentando salir. En el instituto se metían conmigo constantemente por mi aspecto físico. Los insultos, las burlas y las amenazas eran mi día a día, y las heridas que dejaron no fueron solo emocionales: aún las arrastro.
A lo largo de los años he intentado buscar ayuda en la sanidad pública, pero la atención que he recibido ha sido insuficiente. Pasé por psicólogos, psiquiatras y educadores sociales, pero los tratamientos no lograron estabilizarme. En un momento dado, me dijeron que tenían que darme el alta porque necesitaban mi plaza para otra persona. Me quedé sin seguimiento y lo único que me quedó fue la medicación que me recetaba mi médico de cabecera.
Estuve tres años en lista de espera para poder acceder de nuevo a un centro de ayuda psicológica para menores. Durante ese tiempo mi situación empeoró. Llegué a tener pensamientos suicidas y, hace un año, intenté quitarme la vida. Solo entonces me ingresaron y volví a recibir atención psicológica. Me pregunto por qué el sistema reacciona solo cuando ya hemos tocado fondo. ¿Por qué no se actúa antes, cuando aún hay margen para prevenir tanto sufrimiento?
Hoy en día sigo recibiendo atención, pero las citas son cada cuatro meses y cada vez me ve un psiquiatra distinto. Algunos están de baja, otros de vacaciones, o simplemente rotan de centro. Esto me obliga a contar mi historia desde el principio una y otra vez, y con cada cambio también varía la medicación o la dosis. Es agotador.
Es cierto que la salud mental empieza a tener más visibilidad en la sociedad, pero en la práctica el sistema público sigue fallando. No todo el mundo puede permitirse pagar un tratamiento privado, y yo no puedo hacerlo. ¿Significa eso que merezco una atención peor? Me siento abandonada, incomprendida, como si fuera un “bicho raro”. Ni en el colegio ni en los servicios sanitarios encontré la ayuda que necesitaba.
Lanzo esta petición porque no quiero que nadie más pase por lo mismo. Pido a las instituciones que actúen de una vez, que doten al sistema público de salud mental de los recursos que necesita y que traten este problema con la urgencia y la humanidad que merece. Hablamos de la vida de miles de personas que, como yo, solo queremos la oportunidad de sanar y vivir en paz.