Pregunta para Asamblea de Madrid

Superé un linfoma. A raíz de su tratamiento, desarrollé enfermedades como neuropatías, fibromialgia o hipotiroidismo que me imposibilitan trabajar. ¿Por qué no se ofrece un acompañamiento 'post-enfermedad' que ayude a la reinserción laboral y social?

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Me llamo Miriam, y vivo en Madrid. Hace tiempo, trabajaba de dentista, tenía un buen trabajo, un hijo de 11 meses y estaba embarazada de mi segundo hijo. Cuando me encontraba en el séptimo mes de embarazo, me diagnosticaron un Linfoma de Hodgkin. Entonces tuvieron que provocarme el parto y tuve que someterme a un tratamiento de quimioterapia que duró seis meses. Una vez terminado, me anunciaron que no había funcionado y que el linfoma me estaba afectando igual o más que antes.

Después de recibir ayuda psicológica y psiquiátrica para aceptar esta noticia teniendo en mente que tenía que lidiar con el hecho de cuidar de una familia y afrontar la posibilidad de morirse, tuve que someterme a otro tratamiento de quimioterapia con ingresos puntuales en el hospital. Este tratamiento era muy agresivo. Una vez finalizado, me practicaron un autotrasplante de médula ósea que conllevó la remisión del cáncer. Para poderlo hacer, tuve que estar ingresada y en aislamiento más de un mes.

Yo era autónoma y debido a la enfermedad estuve más de dos años sin trabajar. Después del trasplante y una vez iniciada mi recuperación, me encontré sin trabajo. Además fue una época que era difícil encontrar. Hubo gente que me dijo: es que una persona que ha tenido cáncer, no es rentable para la empresa; palabras textuales y totalmente inhumanas e injustas. De repente, te encuentras en una situación de desamparo económico aún teniendo que hacer frente a la vida “de antes”. Finalmente, conseguí trabajar un par de años, pero los efectos secundarios que me dejaron los tratamientos para el cáncer y que se fueron desarrollando a medida que pasaba el tiempo, me impidieron seguir haciéndolo.

Ahora, diez años después, sigo con revisiones puntuales para controlar los efectos secundarios que pueden aparecer en este tiempo, a nivel cardíaco y/o pulmonar. Pero sobre todo sigo con revisiones médicas en un montón de especialidades, por las afectaciones que me surgieron a raíz de los tratamientos del cáncer.
Además, tengo que tratarme de manera hormonal porque entré en estado menopáusico a los 32 años. También desarrollé hipotiroidismo, dolores neuropáticos y me diagnosticaron fibromialgia.

No me he podido reincorporar a la vida laboral porque mis afectaciones me impiden trabajar. Lanzo esta campaña, sobre todo, para dar visibilidad a los efectos secundarios severos que dejan los tratamientos para el cáncer, los visibles y los que no lo son; como, por ejemplo, las depresiones, la fibromialgia, y relacionado con lo mismo, también para incidir en el hecho de que hay que tener presente que las personas que sufren una enfermedad de este calibre, acaban los tratamientos y salen a la calle con otro concepto de vida. No te puedes ocupar de todo como querrías o como deberías, muchos días no eres capaz ni de moverte de la cama y poder atender a tus hijos y el lastre económico es importante. Por esto me dirijo a los políticos de Madrid, ya que son quienes me representan, para que me respondan a la pregunta concreta de: ¿Por qué no se apuesta para ofrecer un acompañamiento 'post-enfermedad' que ayude a la reinserción laboral y social?

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