Pregunta para Congreso de los diputados

¿Cuándo se tomarán medidas para reducir el uso de toallitas húmedas y evitar que su tratamiento inadecuado siga afectando las playas de Barcelona?

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Soy Ricard Rodríguez, creador de Plastic Attack Barcelona, una iniciativa que surgió en 2018 para sensibilizar sobre el consumo exagerado y el uso indebido del plástico. 

Para llevar a cabo mi propuesta de activismo, me basé en una idea que nació en el Reino Unido, la cual consiste en que un grupo de personas va al supermercado, compra productos de uso común, al acabar desempaqueta todos los productos y devuelve al supermercado toda la montaña de plásticos y residuos. El objetivo del movimiento es concienciar y demostrar la inutilidad de los sobreenvasados y los plásticos de un solo uso, además de pedir responsabilidad a los fabricantes y distribuidores de plástico. No solo a los consumidores.

Esto me llamó la atención y quise replicarlo en mi ciudad porque no estoy de acuerdo con que tantos productos vengan envasados, incluso frutas y verduras con su propia piel natural y, además, no contemos con alternativas más prácticas para adquirir nuestros alimentos. 

Recuerdo que la primera manifestación que hice fue en La Rambla, y pese a que solo me acompañaron unas 11 personas, llamamos la atención de la televisión regional, por lo que aparecimos en el programa ‘Desplastificados’, en el que se habla de la contaminación por plásticos y su impacto en la sociedad y el medio ambiente.

A partir de ese momento, Plastic Attack Barcelona empezó a crecer. Se han unido cada vez más personas, a los eventos en supermercados añadimos eventos en las playas, en los que recogemos basura y les explicamos a los visitantes cómo cambiar sus hábitos en favor de la naturaleza.

También colaboramos con otras iniciativas como 'No más colillas en el suelo', 'Millor Sense Canyeta', 'Movimiento83' o 'Pure Clean Earth' y además organizamos un 'Trash Challenge', un reto viral en el que se deben compartir las fotografías del antes y después de la limpieza de lugares naturales que estaban llenos de basura. 

De esta manera, nos hemos convertido en una iniciativa popular, de activismo y voluntariados, en lo que participan entre 30 y 50 personas según el evento. 

Aunque el Ayuntamiento de Barcelona está bastante concienciado e impulsa estrategias a través de avisos, sugerencias y alternativas para que la población se informe sobre la problemática que generan los plásticos y otros residuos, las administraciones siguen sin tomar medidas para el cambio y España fracasa en su gestión de los residuos, con un reciclaje del 35 % frente al 55 % fijado por la UE.

A propósito de lo anterior, uno de los residuos que hallamos por toneladas en las playas son las toallitas húmedas; usadas para los bebés, para desmaquillar y con la pandemia por COVID-19, para limpiarse las manos con frecuencia. 

Estas toallas húmedas, las cuales contienen también fibras sintéticas, son en muchos casos tiradas por el retrete y causan graves problemas ambientales y económicos, taponando desagües, sistemas de depuración y además se desintegran en micropartículas plásticas que pueden tardar más de 100 años en degradarse.

Bastaría con lavarse las manos a conciencia para evitar miles de toneladas de residuos al año. 

¡No existe un planeta B! Por eso, España debe seguir el ejemplo de otros países como Reino Unido, que está tramitando una ley para prohibir las toallitas húmedas. 

Mi llamado es a que actuemos ahora, a que tomemos los buenos ejemplos de otros países cuyas administraciones ya están actuando al respecto.

Por los motivos mencionados quiero preguntarle al Congreso de los Diputados: ¿Cuándo se tomarán medidas para prohibir las toallitas húmedas y evitar que su tratamiento inadecuado siga dañando a nuestro planeta?

Si estás de acuerdo con mi petición, da clic en apoyar y comparte con tus contactos, necesitamos 1.500 apoyos para que los políticos respondan mi pregunta a través de Osoigo. 

 

 

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