Mi nombre es Yolanda Loayza, estoy en los últimos ciclos de la carrera de Ingeniería Agrónoma y tengo un emprendimiento en los que doy talleres participativos relacionados a cuidados en biodiversidad y medio ambiente. Además, he podido participar en diferentes iniciativas y proyectos en escuelas y entidades públicas y privadas referidos a la mejora de la educación ambiental en las personas.

De esta experiencia he podido concluir que los peruanos y peruanas estamos dejando de lado la educación ambiental en nuestra formación como ciudadanos, con las consecuencias devastadoras que esta situación puede traer a un país tan rico en biodiversidad como el Perú. Y el Estado no ayuda mucho para minimizar estos efectos, pues, en la mayoría de ocasiones han puesto el beneficio económico sobre el bienestar de la población y el ambiente.

La experiencia en otros países nos enseña que la implementación de la educación ambiental nos lleva a tener ciudades más sostenibles y, por consiguiente, más desarrolladas. En cambio, en Perú encontramos que las principales ciudades del país son las que menos conciencia ambiental tienen, existen tensionantes antrópicos en los que se debe trabajar de manera urgente y prioritaria.

Un ejemplo claro de la falta de educación ambiental es la priorización de proyectos extractivos en la selva, que dejan efectos ambientales negativos irreversibles. En la Amazonía peruana, tan rica y diversa, donde se han aprobado muchas de estas iniciativas, los animales que se consumen en la comunidad han llegado a estar contaminados con metales pesados y, en consecuencia, también los pobladores. Si el Estado no siente que es importante defender el medio ambiente, menos lo van a sentir los pueblos afectados. Nadie defiende lo que no se entiende conscientemente.

Todo esto lo podemos remediar si empezamos, desde nuestras infancias, a implementar un plan educativo que incluya la conciencia ambiental. Si somos capaces de crear ciudadanos y ciudadanas con un pensamiento crítico sobre los ataques contra nuestra riqueza natural, podremos tener personas con una alta capacidad de sensibilización y empatía por todos los organismos vivos, los mismos que son necesarios para mantener todos los ecosistemas con los que cuenta nuestro país.

Es por eso que inicio esta campaña con Osoigo Perú. El proceso educativo está llamado a una toma de conciencia sobre el efecto que nuestras acciones presentes tienen sobre el futuro de nuestras infancias. Cualquier decisión y acción que podamos tomar ahora para mejorar la educación ambiental tendrá una consecuencia positiva en el mantenimiento de la gran riqueza de nuestro país.

Hoy, necesito que me ayudes con una firma para que las autoridades puedan escuchar este pedido. Si logramos reunir 300 firmas, tendrán que contestarme a través de la plataforma de Osoigo y empezar el camino para cambiar la realidad tan adversa que tenemos actualmente. Solo tienen que dar click en “APOYAR” y difundir con sus contactos de redes sociales. ¡Cada firma y apoyo cuenta!