Somos Uno surge en 2014 como una iniciativa que busca brindar educación comunitaria, capaz de facilitar a las comunidades el aprendizaje con la naturaleza y la facultad de sentirse parte de ella, entretejiendo el arte, la ciencia y la ancestralidad para la regeneración de la humanidad y su conexión profunda con la red de la vida.

En el año 2015 logramos constituirnos como una entidad sin ánimo de lucro que reúne profesionales y no profesionales en distintos saberes y que ha logrado un trabajo activo en torno a los humedales Tibaguya y Tibabuyes, Río Funzha (Bogotá) y Río Neuque (Arzobispo). En conjunto con la comunidad, como alternativa consciente, han nacido proyectos de huertas comunitarias, que son espacios naturales de encuentro para la construcción e intercambio de saberes, el aprovechamiento de los residuos orgánicos y no orgánicos, el aprendizaje de la agricultura, la ciencia, el arte, la literatura, la espiritualidad y nuestros cuerpos.

Durante estos años hemos podido explorar nuestros barrios y descubrir lugares privilegiados en la ciudad. En ellos hemos identificado varias problemáticas que, debido a la ausencia de la comunidad, en gran parte por desconocimiento, no han sido ejecutadas de la manera adecuada. Nos hemos encontrado con proyectos de infraestructura de alto impacto ecológico planteados por el Distrito para nuestro territorio; aunque se realice el proceso de informar a la ciudadanía sobre dichas intervenciones y a pesar de que la comunidad cuente con procesos estables, con gran potencial, alcance y tejido social, esta nunca es tenida en cuenta para la toma decisiones que afectan los ecosistemas y la calidad de vida de todos, ni son respetadas la autonomía territorial y comunitaria.

La razón de nuestra propuesta es hacer visible a la ciudadanía la realidad nacional en la que las comunidades no son realmente tenidas en cuenta para la toma de decisiones sobre sus territorios. No se trata de informar, "socializar" y de imponer proyectos: se trata de tomar decisiones en conjunto, que den la posibilidad de formar comunidades empáticas, sostenibles y solidarias. Pedimos al Congreso de la República que garantice el cumplimento de la normatividad existente y que busca dar poder a los colectivos sobre los lugares que habitan, para que sus intereses sean verdaderamente tenidos en cuenta. Pedimos que se legisle para permitir que, por encima de intereses económicos y políticos, la ciudadanía tenga condiciones y posibilidades reales para defender sus econsistemas y plantear modelos equilibrados y respetuosos de ciudad y desarrollo.

Apoyarnos es sencillo: en Colombia necesitamos 350 firmas para que la petición sea respondida. Ayúdanos a compartir para que se haga visible y juntos logremos sacar adelante cientos de iniciativas solidarias que buscan educar, sensibilizar a la ciudadanía y, sobre todo, proteger a la naturaleza. 

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