Pregunta para Parlamento de Galicia
Estaba descontento porque no podía realizar las tareas del hogar debido a una operación y me golpeó en el estómago levantándome los puntos. No tengo ni familia ni recursos en España y han archivado mi caso
Me llamo Rosa Iris y soy víctima de violencia de género. Llegué a España de la República Dominicana en el 2021, pero llevo tres años casada con un español; nos conocimos en mi país, poco después, me pidió matrimonio y finalmente que viniera aquí con él. Todo era muy bonito al principio y, tras debatirlo con mi familia, decidimos que sería bueno para mi futuro venir; los dejé a todos allí, incluida mi hija.
Pasadas unas semanas, todo empezó a cambiar; él consumía drogas, entre otras sustancias, además de ver pornografía de forma constante, quería mantener relaciones todo el tiempo. Yo no podía más, sufrí una inflamación en mis partes íntimas y tuve que acudir al ginecólogo; el doctor me dijo que no podía seguir con ese ritmo porque podía causarme algo peor, pero mi marido insistía. Tuve que acabar operándome debido a la inflamación que me generó el mantener relaciones sexuales tan repetidamente.
Una vez operada, no quería ni ayudarme con las curas y yo sola no podía hacérmelas. La situación empeoró todavía más y decidí pedirle ayuda a sus padres; en un principio, ellos me ayudaban en todo, pero hubo un día en el que él, enfadado porque yo no cumplía con mis labores en casa, me asestó una patada en el estómago y me levantó un punto. Al acudir al médico, este me dijo que la situación no podía seguir así y debía denunciar. Cuando se lo comenté a sus padres no les gustó nada y me llevaron a una casa que tenían en las afueras del pueblo gallego en el que residimos para “hablar”.
No era la primera vez que mi marido hacía algo así y ni siquiera se tomaba la medicación, aunque decía que sí lo hacía; su exmujer y sus hijos tampoco tienen trato con él.
Cuando decidí pedir ayuda, acudí a la madrina de mi boda, cuyo marido es el mejor amigo de mi marido, me acogió en su casa y me llevó a la policía. Interpuse la denuncia, pero tras darme muchas largas y prácticamente ignorar mi caso, lo archivaron; hasta tuve que pagar un abogado pidiendo dinero a mi familia porque aquí no tengo nada, él me canceló hasta la tarjeta del teléfono.
Actualmente, él está como si nada y yo no tengo ni los recursos para pagar la vuelta a mi país; estoy residiendo en una casa en Burela, Lugo, gracias a la amabilidad de una señora, buscando trabajo para poder ahorrar y pagarme un pasaje de vuelta a mi país, pero la situación está muy complicada y no consigo encontrar empleo.
Las mujeres maltratadas necesitamos visibilidad y que se estudie cada caso de forma independiente; yo estoy en situación vulnerable y mi maltratador está en la calle sin que nadie haga nada. Apenas dan ayudas a las víctimas de violencia de género y exigen un sinfín de pruebas para ello; solo quiero un trabajo y poder ahorrar para volver a mi país junto a mi familia.