Pregunta para Congreso de la República del Perú

¿Por qué en provincias no hay centros de terapias para niños con problemas neurológicos?

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Raquel Inga Bardales Pregunta de Raquel Inga Bardales

Mi nombre es Raquel Inga Bardales y soy madre de Mía, una pequeñita de 4 años con microcefalia, parálisis cerebral, epilepsia y problemas en la visión. Inicio esta campaña porque ella es mi vida y voy a luchar para que siempre tenga lo que necesita.

Mi hijita nació a las 33 semanas en la provincia de Bellavista, en la región San Martín. Era un hospital pequeño para poder mantener a una bebé así. Lo único que me dijeron era que tenía la glucosa baja y que no podían ponerla en la incubadora porque esta no calentaba de forma correcta. Yo tuve que mantenerla junto a mí en el hospital, tratando de darle calor. A pesar de todos mis intentos para proteger a mi bebé, le dio un paro cardiorespiratorio. Sobrevivió, pero en el proceso de resucitación le dieron convulsiones, lo que provocó la microcefalia de Mía.

Luego de eso la llevaron a UCI, donde tuvieron que darle oxígeno por mucho tiempo. Fue una etapa muy dolorosa para mí, sin poder disfrutar de abrazar y ver a mi hijita bien. Al fin la pude sacar del hospital, pero, a los 6 meses que la tuve en la casa, empezaron de nuevo las convulsiones. De nuevo la llevo por emergencias al hospital en Tarapoto, pero no había forma que allí ayuden a mi pequeña Mía.

Fue entonces que decidí llevarla a Lima. Yo no tengo dinero, soy madre soltera y el único sostén que tiene mi hijita, así que tuve que juntar todo lo que pude, empezar a pedir favores hasta que, en octubre de 2018, pude viajar hacía Lima. Una vez allí, empezamos el tratamiento en el hospital del niño de San Borja, gracias a un doctor que vio mi situación y quiso ayudarme. Allí estuvo internada por un mes y le hicieron una cantidad enorme de exámenes, pero no había forma de ayudarla.

Cuando salió del hospital, yo quería que ella siguiera en Lima para que pueda continuar con su tratamiento. Es así que yo empecé como vendedora ambulante, siempre con mi hijita al lado porque yo no tenía dónde dejarla y su situación iba empeorando. Ahora ella usa una sonda para alimentarse porque no puede engullir la comida. Esta tiene que ser cambiada cada seis meses, además de todo el tratamiento que tiene que seguir.

Lastimosamente, llegó la pandemia y las atenciones en los hospitales se redujeron al mínimo. A mi se me acababa el dinero así que decidí regresar con Mía a Tarapoto. Me dijeron que allá también podría conseguir los medicamentos que ella necesita y, sobre todo, las terapias. No fue era cierto. Solo atienden a mi hija cuando la llevo por Emergencias y lo único que le hacen son hemogramas. Ella actualmente tiene pendiente una cirugía a la vesícula.

Yo sé que no soy la única en esta lucha. Somos muchos peruanos y peruanas que vivimos en provincia y que no encontramos la misma atención en salud que sí existe en la capital. Por eso hoy quiero dirigirme a los miembros del Congreso de la República, actuales y electos, para que no dejen a mi pequeña Mía en el abandono. Necesitamos que los mismos tratamientos, los mismos medicamentos y las mismas terapias estén disponibles en todos los rincones del Perú. No es posible que alguien se quede sin atención por la cantidad de dinero que tienen.

Ahora me toca pedir tu ayuda, porque si este pedido es firmado por 300 personas en el portal de Osoigo Perú, mi voz tendrá que ser escuchada por una autoridad con capacidad de decisión y acción. Solo tienes que hacer click en “Apoyar” y difundir esta campaña con tus contactos de Whatsapp y otras redes sociales. No me voy a rendir hasta que mi hija tenga el trato que se merece.

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Pregunta dirigida a: Congreso de la República del Perú