El plogging combina el ejercicio al aire libre con la recolección de residuos; es decir que, mientras cuidamos nuestra salud, cuidamos nuestro entorno. Esta práctica surgió en Suecia en el 2016, pero se ha popularizado alrededor del mundo debido a su doble beneficio. 

Soy Viviana Saavedra Garzón, entrenadora deportiva, realizadora audiovisual de profesión, directora creativa y fundadora de Plogging Colombia. Si quieres conocer más sobre el impacto de esta iniciativa en nuestro país, continúa leyendo este texto. De igual forma, te invito a dar clic en apoyar y compartir con tus contactos para que un congresista responda mi pregunta.

En 2018, cuando empecé a correr de forma regular, quise hace más que ejercicio, no solo por mi cuerpo y mi bienestar, sino por las calles repletas de desechos que observaba en mis recorridos. Fue entonces cuando conocí el plogging y lo empecé a desarrollar en Bogotá. 

Lo que no me imaginaba en ese momento, era que a esta actividad se iban a sumar personas increíbles que ahora son parte de mi equipo de trabajo como Miguel Morales y Carolina López, así como voluntarios, empresas, instituciones y demás personas que la convertirían en una organización de participación ciudadana. 

La basura no existe. ¡Eduquémonos!

En más de tres años de trabajo, hemos realizado alrededor de 40 jornadas de plogging con la participación de unas 1.000 personas. Esta gran acogida nos ha permitido recolectar más de 800 kilos de residuos aprovechables que hemos entregado a ocho asociaciones de recicladores de diferentes localidades, así como una tonelada de material que, por su estado, no tuvo una segunda oportunidad.

Para cada día de actividad, hacemos una investigación sobre el lugar y una convocatoria abierta mediante redes sociales; cualquier persona, empresa o entidad pública se puede sumar. El impacto en los asistentes es increíble: ellos se sienten responsables de su cuerpo y de su entorno, porque comprenden que la ciudad les pertenece, así los residuos que estén en las calles no sean suyos. También, el plogging ha llegado a otras ciudades del país, donde todos tienen las puertas abiertas.

Estas jornadas no serían posibles sin el apoyo de dos recicladores de oficio que nos acompañan en cada plogging y nos orientan en la recolección de materiales. Esta también es una forma de dignificar su labor y mejorar sus condiciones laborales. 

A partir de esta iniciativa, los participantes hemos concluido que la basura no existe, sino los objetos aprovechables que pueden tener un destino diferente al del relleno sanitario como lo son los plásticos de un solo uso: miles de botellas, vasos y pitillos rodean los espacios públicos. Lo cierto es que estos utensilios se pueden reemplazar mediante hábitos sostenibles que se fomentan desde el día a día y cada una de las acciones que hacemos como individuos. 

En ese sentido, Plogging Colombia desarrolla programas educativos y sueña con constituirse como fundación para alcanzar mucho más de lo logrado hasta el momento para así reducir la huella hídrica y la huella de carbono.

Sin dejar huella, la utopía de Plogging Colombia

Necesitamos, y es urgente, otra forma de vivir que adopte la utopía como un faro hacia la libertad, el cuidado, el valor y el sentido, que nos haga caminar a un lugar mejor del que nos encontramos, a una sociedad mejor, a un mundo mejor.

En términos de huella ecológica, sabemos que todos los días a través de nuestras formas de vivir requerimos de una cantidad de recursos para satisfacer nuestras necesidades - algunas impuestas por el modelo económico y político del país - y estilos de vida insostenibles, con lo cual generamos un impacto negativo en los ecosistemas del planeta Tierra. También sabemos que pasar por este planeta sin dejar huella es una utopía y que siempre, siempre, vamos a dejarla. Así ha sido desde el día en que nacimos.

Ahora bien, la supervivencia y buen vivir es tan importante para Plogging Colombia como esperamos que lo sea para ti, así que te vamos a decir por donde empezar: por cualquier parte.

Sabemos que el plástico no desaparecerá, pero creemos firmemente en que la voluntad, la educación y la participación ciudadana son fundamentales para seguir movilizando este tipo de ideas. 

Dicho esto, queremos cuestionar a los legisladores que proponen los proyectos de medio ambiente, ¿Qué proyectos se impulsarán desde el Congreso para incentivar la educación ambiental desde los primeros años de vida con el fin de reducir la huella ecológica?

Si bien existen en las instituciones educativas los proyectos ambientales escolares –PRAE, es necesario formalizar iniciativas que fomenten el consumo consciente y responsable, así como el conocimiento de nuestro entorno por parte de los niños y jóvenes. 

¡Es hora de reducir nuestras huellas hídricas y de carbono, para autorregularnos y formar generaciones más empáticas y conscientes!

Si estás de acuerdo con nuestra propuesta, recuerda dar clic en apoyar para que lleguemos a 350 firmas y obtengamos respuesta a través de Osoigo.