Mi hijo no tiene derecho a disfrutar de las mismas opciones de ocio que su hermano porque la sociedad no tiene en cuenta la diversidad, más concretamente el Trastorno del Espectro Autista.  En general, la gente no suele ser consciente de su existencia, y por ende, los organizadores de eventos tampoco, transformando el ocio en un nuevo obstáculo a la inclusión social de quienes perciben su entorno de forma diferente. 

Somos conscientes de que los proyectos adaptados pueden suponer un sobre coste del servicio, pero en ocasiones, es más sencillo de lo que parece crear un entorno seguro y tranquilo para ellos, sobre todo cuando a espacios cerrado se refiere, con el control de luces, la regulación de sonido para que no les abrume y el uso de pictogramas.

Que el espectáculo tenga espacios que les permita moverse con libertad, expresando sus emociones, sus sentimientos, en los que la dinámica no sea estar sentado y en constante silencio. Este es el mejor ejemplo para que otras familias y sus niñ@s, sean conscientes de la diversidad y conozcan, que esos comportamientos que están viendo, no son lo de un hij@ malcriado, sino la forma de expresión de sus emociones. 

Que se puedan conocer otras realidades desde la infancia para alcanzar un respeto futuro. Como si de campañas de sensibilización se tratasen, el ocio tiene que potenciar actitudes de cooperación y solidaridad con los miembros de su entorno. 

Por ello, y para favorecer una mayor integración de las personas con TEA, lanzamos esta petición. Porque es importante apostar por educar en el trastorno y promover la participación de personas formadas también en momentos de ocio, no solo en terapias y centros escolares en los que hacen una gran labor. 

Los niños son niños, y como tal tienen derecho a poder jugar y divertirse desde la infancia.