Hola,

Me llamo Nuria Ovejero Martínez y en enero de 2012, cuando tenía 25 años, me diagnosticaron cáncer de colon. Tenía 3 tumores y me quitaron todo el colón. Después de esta operación, me sometí a 8 ciclos de quimioterapia y también a radioterapia.

Como ya sabéis la quimioterapia lleva consigo muchos efectos secundarios. Una de ellas es la neuropatía periférica que tiene como síntoma común que se te duerman las manos y la perdida de la sensibilidad en los dedos. A consecuencia de ello, hasta el año pasado, se me caían las cosas, no era consciente que me estaba quemando o cuando hacía frío era incapaz de mover los dedos.

En 2014 tuve que hacer más ciclos. En total llevo 28 ciclos de quimioterapia. Todos los efectos secundarios de la quimioterapia se fueron menos esto.

Un día, descubrí que en mi hospital de Terrassa había una unidad de salud integrativa en las que realizan distintas terapias. Entre las terapias, se hacían sesiones de acupuntura para pacientes oncológicos. Yo había terminado en ese momento el tratamiento pero normalmente se lo realizan a gente en tratamiento.

Las terapias son realizadas en su totalidad por voluntarios que lo hacen en su tiempo libre y que no cobran nada por ello. Además, realizan una encuesta antes de iniciar la terapia y después para hacer un seguimiento del tratamiento y ver cómo evoluciona (náuseas, descanso del sueño, estar más tranquilos...).

Yo les pedí si sería posible tratarme para mejorar la sensación de las manos. El primer día que me pincharon las agujas no noté nada, no noté ningún dolor y no tenía sensibilidad alguna ante los pinchazos.

Al cabo de dos sesiones, ¡mientras me estaba peinando me di cuenta que había recuperado la sensación del tacto del pelo! Había recuperado la sensibilidad en las manos. Lo normal era que no sintiese nada al tocarme el pelo, pero ese día noté la sensación del tacto del pelo. Lloré de la emoción.

Vi que estaba progresando. A partir de ese momento se me dejaron de caer las cosas (los móviles los rompo siempre...) o se me fue menguando el dolor que sufría en el antebrazo ya que no era consciente si estaba apretando mucho o poco.

En la cuarta o quinta sesión, que ya de por sí el acupuntor estaba muy feliz de la evolución que estábamos llevando, se percató que mi mano se movía. Y todo fue a mejor ya que en la última sesión (en total hice 8 sesiones de acupuntura) ya era totalmente consciente del dolor de las agujas. Incluso chillaba del dolor. Mirad la evolución que tuve en 8 sesiones. De no sentir nada a gritar del dolor de las agujas.

Gracias a estas 8 sesiones de acupuntura, ya estoy curada de estos efectos secundarios del tratamiento de quimioterapia.

Tengo amigas que sufren de estos efectos secundarios, pero como van a otros hospitales no disponen este servicio. Siendo yo consciente del progreso y la mejora que yo he tenido, mi petición al gobierno catalán es el siguiente: aunque desde el gobierno español haya una posición clara contra estas terapias integrativas, mi deseo es que en todos los Hospitales de Cataluña, o en la mayoría, fuese accesible para todos los pacientes oncológicos unas cuantas sesiones para ver si les funciona y no tengan que acudir a sitios privados. En estas terapias en ningún momento te dicen que te vayan a curar, solo te pueden ayudar para paliar, controlar y mejorar los efectos secundarios que tiene la quimioterapia.

En los hospitales hay gente que no se aprovecha, que son voluntarios, que no quieren ganar nada. Lo hacen para ayudar a gente que está sufriendo y que están en tratamiento de quimioterapia o después de haberse tratado con quimioterapia.

Finalizo con ese deseo: que algún día todos los pacientes oncológicos tengan la posibilidad de poder acceder a probar la acupuntura. Es un tratamiento que se utiliza para paliar los efectos secundarios y que funciona como habéis podido ver en mi caso. Espero que se deje de atacar tanto a la acupuntura como a otras terapias que tienen rigor científica y tanto me han ayudado .

Muchas gracias por vuestra atención.

Nuria Ovejero Martínez