¡Hola! Somos las Mujeres AINI del Río Naya, una asociación de más de 300 mujeres víctimas del conflicto armado, social y político que buscan la defensa de la vida y el territorio, la inclusión y participación de las mujeres en los escenarios socio organizativos rurales. Hoy, con tu ayuda, pedimos al gobierno cuentas sobre lo pactado en el marco del Proceso de paz.

Las Mujeres AINI del Río Naya somos una organización comprometida con el enfoque étnico y de género prometido en el Acuerdo de Paz. Por eso, nos hemos dedicado a fomentar la pedagogía para la implementación de los acuerdos en búsqueda de la reparación y la no repetición.

Trabajamos a lo largo de la cuenca del río Naya, con 73 comunidades, para enseñar lo pactado en la Habana y que las personas conozcan su derechos y obligaciones como víctimas del conflicto. Buscamos un constante énfasis en enseñar a las mujeres su rol en la creación de políticas públicas en los territorios para transformar nuestras realidades históricas.

Consideramos que el Estado no ha demostrado un fortalecimiento en su institucionalidad que dé a las víctimas del conflicto garantías en el ejercicio de sus derechos ciudadanos.

Por ejemplo, no se han acatado el PNIS que contemplaba la sustitución de cultivos ilícitos por cultivos locales capaces de garantizar la soberanía económica y alimentaria del campesinado. Esto ya que el Plan Nacional de Sustitución no ha dado cumplimiento a todas las exigencias que hacen los cultivadores de coca para avanzar y erradicar manual y concertadamente dicho cultivo.

Además, el punto 3 de los acuerdos -Fin del Conflicto- ha sido completamente desatendido. En territorio estamos en una época en la que continuamos con todas las afectaciones y vulneración de derechos pues muchos espacios rurales aún carecen de la infraestructura básica mencionada en el 5 pilar, como acueductos y vías, e infraestructura cívica, como es el caso de colegios y hospitales, lo que nos impide nuestro desarrollo social.

En muchos de estos territorios, la fuerza pública es la única manifestación del Estado, lo que no es una garantía de no repetición. Por ello, queremos dejar de ser reconocidos únicamente como victimas para ser entendidos como ciudadanos en los cuales se debe hacer una inversión social. 

¡Te invitamos a hacer parte de esta transformación y ser un constructor de la paz con enfoque étnico y de género!

Por eso, te pedimos que nos ayudes a conseguir 350 firmas o más para que desde el Congreso nos respondan cómo avanza el proceso de paz.