Mi hijo Adrián, con tan solo 25 años, ha sobrevivido a dos trasplantes de médula y una orquiectomía. Todo ello por culpa de una leucemia que ahora mismo está en remisión pero que podría volver a reproducirse.

Adrián lo es todo para mí y yo para él. Soy madre divorciada y solo estoy yo para cuidarle y mantenerle económicamente. Desde que le diagnosticaron leucemia en 2014, mi hijo ha tenido que someterse a muchas operaciones y tratamientos, entre ellos los trasplantes de médula que fueron posibles gracias a dos donantes.

Cada día agradezco que mi hijo siga vivo, pero me gustaría que su vida fuese lo más digna posible y que no tuviésemos que preocuparnos por cómo pagar la medicación que tiene que seguir tomando si el día de mañana yo no tengo trabajo. Porque él, con las secuelas de los tratamientos, no puede trabajar, tal y como acreditan los informes médicos.

Sin embargo, la administración opina que sí porque tiene 25 años. Yo siempre pienso: “Sí, es joven, ojalá pudiese trabajar”. Ojalá pudiese llevar una vida normal. Pero la realidad es que tras estos cinco años, Adrián tiene afectada la capacidad visual y también la auditiva, así como los huesos afectados. Para los ojos tenemos que comprar un colirio con cortisona, y por la orquiectomía, mi hijo tiene que tomar Reandron (testosterona). En total, al año, me gasto 1000 euros en medicación. Pero si mi hijo tuviese reconocido un 65% de discapacidad, en vez de un 33, esto estaría financiado.

Hoy escribo este texto desde la rabia de ver cómo la administración está dejando desamparado a mi hijo. He reclamado que el grado de discapacidad sea del 65 y no del 33, aún tienen que evaluar su caso, pero para ello me dan un plazo de 10 meses. Yo no puedo esperar tanto. Mi hijo no puede esperar tanto. Necesitamos acceso a los medicamentos, y una pensión para que pueda vivir dignamente.

Políticos del Congreso de los Diputados, estaríamos más que dispuestos a reunirnos con ustedes para ver qué soluciones pueden tomar y cómo nos pueden ayudar. Dígannos el día y la hora y ahí estaremos. Este es el caso de mi hijo, pero existen miles más en nuestra situación.

Muchas gracias,