El pasado 6 de enero de 2020, mi esposo Carlos Santillán González, de 25 años salió de nuestra casa en Perote, Veracruz hacia su trabajo. Tomó un taxi, pero después de eso no lo volvimos a ver. Carlos es un hombre muy responsable, cercano a nuestros tres pequeños, a los que ahora mismo no sé qué decirles con todo lo que está pasando, porque yo misma no entiendo esta situación. Tras más de un año de su desaparición las autoridades no tienen ni una sola pista, ni una sola información que me diga o me dé indicios de dónde puede estar mi esposo o qué fue lo que le pasó. 

Al día siguiente de su desaparición, cuando ya lo esperábamos en casa, él no llegó más. Fuimos a levantar la denuncia y las autoridades quedaron de investigar todo. Pero, durante todo este año de incertidumbre, se ha cambiado tres veces la persona encargada de su investigación, lo cual veo con preocupación porque cada que se ha hecho un cambio se tiene que empezar una vez más de cero y eso complica que se tengan resultados que nos lleven a saber su paradero.

Carlos solía ser muy cercano y cariñoso con nuestros pequeños. Su tiempo libre lo pasaba con ellos, los llevaba a veces a la escuela y disfrutaba mucho estando en su compañía. Mis hijos no dejan de preguntar por él y yo no sé ya muy bien cómo decirles o explicarles lo que está pasando. Mi salud se ha deteriorado debido a esta situación, y por ahora no hemos tenido apoyo ni respuesta por parte de las autoridades para poder sobrellevar esta situación. Contacté con la Comisión Estatal de Búsqueda de personas desaparecidas, ubicada en Xalapa, y me ayudaron a hacer búsquedas y otros procedimientos. Llegué a ellos gracias a la orientación y ayuda de un criminólogo de Puebla, que trabaja en la Fiscalía, y que me ha orientado e informado sobre varias acciones que yo puedo hacer para dar más difusión y seguimiento al caso de mi esposo. Sin su valioso apoyo yo no podría seguir adelante de ese proceso tan complejo que no llego todavía a entender. Además de ellos, nadie nos ha tendido la mano para agilizar las cosas.  Y es frustrante también pues yo no cuento con los recursos suficientes para poder hacer más cosas.

Es por ello que inicio esta campaña dirigida a nuestros representantes políticos en el Senado de la República, para que me ayuden a encontrar a mi esposo, a saber en dónde está y qué pasó con él. Por favor ayúdame a firmar y a difundir esta campaña por todos tus grupos y contactos de WhatsApp y Redes Sociales. Si consigo 500 apoyos, esta pregunta llegará a políticos de distintos partidos del Senado de México, los cuales tendrán qué dar una respuesta en esta misma web.