Me llamo Mari Carmen y tengo un hijo de 18 años TEA, además, es TOC y TDAH. Desde pequeñito, me di cuenta de que algo funcionaba diferente al resto de los niños de su edad, se quedaba mirando a la pared fijamente mucho tiempo, sin embargo, no era capaz de mantenerle la mirada a una persona. Iba por detrás en muchas otras cosas que le correspondían, con ocho meses, no era capaz de sentarse sin que le sujetasen; para qué negarlo, fue una infancia dura, complicada, y por supuesto, solitaria, ya que, como yo era madre primeriza, me tomaban por loca o merecían que estaba obsesionada.

Mi hijo va al psicólogo dos veces a la semana desde los tres añitos pagado por su padre y por mí y al psiquiatra desde los 5; el psiquiatra lo cubría la seguridad social, pero al cumplir los 18 años, se desentienden de estos casos, ya que están saturados y son casos menores; hace ya un año, que va a un psiquiatra privado porque es muy necesario para él.

Siempre ha ido al mismo colegio, desde los tres años; decidí meterlo en un colegio privado para que estuviera más “protegido”, por aquel entonces en los colegios públicos, no había medios para tratar a niños con estas características. El TEA es una manera diferente de pensar y de sentir, no son enfermos mentales como mucha gente piensa, al contrario, son personas muy hábiles e inteligentes si sabes conducirlos a lo que a ellos les gusta y les motiva. También cabe destacar, que ellos sufren en estas situaciones, porque se sienten solos y frustrados, son plenamente conscientes de lo que pasa a su alrededor y cómo la gente reacciona a su alrededor.

La situación es muy frustrante, no recibimos ningún tipo de ayuda. Necesitamos visibilidad, que den un diagnóstico temprano para empezar a actuar cuanto antes y que nos faciliten las cosas desde la sanidad pública. Además, requerimos ayudas, no es sencillo trabajar con un niño así, como madre, lo único que quiero es que tenga una calidad de vida, ya que el día de mañana, yo no voy a estar, me preocupa su futuro, porque vivimos en una sociedad, en la que estas personas no encajan, no podemos seguir permitiendo esto.