Pregunta para Senado de México

Soy Magali, madre de tres niños de 11, 9 y 3 años a quienes no he vuelto a ver desde abril. ¿Qué se necesita para que de verdad exista justicia pronta y expedita para madres víctimas de sustracción de sus hijas e hijos?

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Magali Rivera Pregunta de Magali Rivera

Mi nombre es Silvia Magali Rivera Arredondo, vivo en el Estado de México y tengo tres hijos de 11, 9 y tres años a quienes no he vuelto a ver desde abril de este año, ya que su papá me los quitó y comenzó, ayudado por su familia y conocidos, una guerra en juzgados con claras muestras de influyentismo y corrupción.

Lo que leerás es una descripción de todo el calvario que he pasado para hacer que, de forma legal, mis hijos regresen a mis brazos. Lamentablemente somos muchas madres de familia que vivimos todo este proceso y aunque las autoridades digan que “no estamos solas”, en ocasiones parece todo lo contrario. 

Por eso pregunto a nuestras autoridades y a nuestros políticos, ¿Qué se necesita para que de verdad exista justicia pronta y expedita para madres víctimas de sustracción de sus hijas e hijos? 

Yo me separé de mi expareja hace tres años, en todo ese tiempo jamás se volvió a presentar en mi casa ni respondió por mis hijos, hasta que en octubre de 2018 presentó una demanda en el Juzgado Cuarto de lo Familiar, pidiendo la custodia de mis hijos y pidiendo una pensión considerable, a pesar que él contaba con un empleo como médico en el IMSS y en el ISSSTE. 

En noviembre de ese año, el Juez me otorga a mi la guarda y custodia de mis hijos y además una pensión del 45% sobre el salario del señor, por todas las pruebas que presenté en su momento, como los gastos de colegiaturas, médicos, alimentación entre otros. 

Sin avisar, la pensión ya no me fue depositada y era con la que yo pagaba las colegiaturas de los niños, las cuales tuve que solventar yo. Volvimos a iniciar trámites ante el Juez y después de varias diligencias, idas y vueltas que duraron meses, por fin se le notificó al señor que debía pagarme la pensión en sus dos empleos, IMSS e ISSSTE, en esta última institución fue donde más batallamos por las trabas que nos ponían para localizarlo. 

Incluso detectamos que para solicitar convivencias en temporada vacacional, presentaba documentación falsa lo cual nunca fue motivo de sanción en el juzgado. 

No conforme, volvió a interponer un recurso para que le bajaran la pensión, lo cual logró y quedó finalmente de 34% aproximadamente, porque la anterior cifra era muy alta, según sus abogados. 

Días después, y a pesar de no respetar la convivencia acordada con mis hijos, pues sólo se llevaba a los mayores, (porque el menor requería atenciones como pañales, biberones) a veces sólo veían a los abuelos paternos, en fin, aún así el señor volvió a solicitar la guarda y custodia de mis hijos. 

Fue el lunes 5 de abril, para la convivencia de semana santa cuando pidió ver a mis hijos, y de forma verbal habíamos acordado que me los regresaría para el viernes, y en esa ocasión también pidió que fuera el menor argumentando que quería convivir con los tres. 

Para el sábado, ya no responde a nuestras llamadas, y fue hasta las 11 de la noche cuando nos notificó que ya no regresaría a mis hijos y que además había presentado un denuncia en mi contra por violencia intrafamiliar en el Ministerio Público de Barrientos, en Tlaneplanta, Estado de México. 

Sin embargo, esta denuncia la presentó el viernes 9, instantes después de tener a mis hijos bajo su resguardo y aprovechándose de una laguna legal, interpuso todos los recursos a su disposición para no permitirme ver a mis hijos de nuevo. 

En cuanto se me dijo de sus intenciones, yo inmediatamente acudí hasta la casa de los abuelos paternos de mis hijos en el centro de Tlalnepantla y supe que ahí estaban, llegaron los señores y llamaron a una patrulla alegando que yo era una persona peligrosa para ellos y para sus nietos. 

A mi no se me permitió levantar la denuncia por sustracción de menores pues mi caso había ocurrido en Cuautitlán-Izcalli. Tuve que regresar y llegar al edificio donde supuestamente es para la “defensoría de la mujer”.

El panorama ahí dentro, la atención que uno recibe por las mismas mujeres que se supone deben velar por nuestros intereses, las caras, los modos, ver a madres de familia con sus hijos ahí dentro, sin tener a dónde ir, ahí me di cuenta lo indefensas que estamos las madres ante el sistema de justicia de nuestro país.

Llegué en la madrugada y me atendieron hasta las cinco de la tarde del día siguiente y sólo para decirme que no podía levantar el acta. Yo alegué que el señor se había cambiado de casa tres veces sin notificarlo al juzgado que llevaba nuestro caso y no se tomó en cuenta, porque los acuerdos verbales no cuentan. 

Todo estaba a su favor, de forma injusta por supuesto. 

Muchas semanas después logré que un Juez autorizara una diligencia para localizar a mis hijos y los encontramos en un domicilio en Tlalnepantla. La Actuaria en aquella ocasión tuvo un conveniente retraso para el señor que le permitió salir minutos antes de ser notificado.

Yo llegué, escuché la voz de mis hijos pero no los pude ni abrazar, no se me permitió.  La funcionaria lo citó al día siguiente y acudimos pero ya no estaba, sólo su equipo de abogados y que como no estaban los menores, no podían hacer más. 

Esto que les narro es sólo una parte de todo lo que he tenido que pasar para lograr que mis hijos regresen conmigo. La lucha sigue en los juzgados y yo como mujer, como madre, como hija intento mantenerme fuerte y sólida ante un cúmulo de emociones que no le deseo a ningún padre de familia. 

El que te arrebaten de un día para otro a tus hijos no debe permitirse, pero para nuestro sistema de justicia pareciera que entre más trabas, más burocracia, más “agilidad” solicitada por los empleados, es mejor. 

No descansaré hasta tener a mis hijos a mi lado. Y esta lucha la hago precisamente por ellos, para demostrarles hasta dónde es capaz su madre, y sin corrupción ni influyentismo, por tenerlos de vuelta. 
A ti que leíste mi historia, muchas gracias, de verdad. 

Ahora sólo te pido tu apoyo firmando esta petición para que llegue hasta nuestros políticos y actúen a favor de las madres de familia que no han podido ver a sus hijos y que se ven metidas en un embrollo legal, y en muchas ocasiones siendo re victimizadas. Eso debe terminar. 

Hagámoslo por nuestros hijos, y por nosotras también. 
Muchas gracias.

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