Mi nombre es Katia Palacios, soy estudiante de ingeniería y voluntaria de corazón. Desde que estaba en el colegio me interesé por el trabajo social para ayudar a cualquier persona que lo necesitara. Ahora soy directora general de un proyecto social educativo llamado “Ludoteca Gotitas de Amor” (@ludotecagotitasdeamor).

Este proyecto empezó en el colegio donde yo estudiaba. En el 2017, cuando ya había salido de la escuela, me llamaron para hacerme cargo junto a una compañera. Teníamos una incertidumbre muy grande, pero quisimos darle un giro y que pueda incorporar más temas. Es así como hemos ido creciendo, ahora formamos parte de la red de voluntariado de la Universidad de Piura y tenemos voluntarios en todo el Perú, con diferentes especialidades.

Al iniciar con este proyecto, me di cuenta de la vocación de educadora que tenía. Yo me fui preparando para desempeñarme mejor a la hora de enseñar. Fue esa misma preparación la que me hizo darme cuenta de las carencias que tiene el sistema educativo en nuestro país, los que se han visto acrecentados con la aparición de la pandemia.

Uno de los que más me ha llamado la atención es que no les enseñamos algo tan fundamental como el liderazgo. Los mismos maestros y maestras no están capacitadas para llevar a cabo esta tarea. Si nos ponemos a pensar, hay muchos adultos que pagan por estos cursos y talleres para tener capacidades de liderazgo, que llevan a cabo los populares “coaches”.

¿Nos podemos imaginar cómo se sentirían nuestras infancias si ponemos a su disposición más opciones de educación que solo lo que sale en el currículo?

La escuela no se trata solo de formar saberes prácticos, sino de ser la base de una sociedad con ciudadanos hábiles que estén dispuestos a sacar adelante a nuestro país.

En tiempos de pandemia, esta situación es grave, porque ya no es solamente la falta de acceso a estos conocimientos alternativos de la currícula, sino que muchos han desertado la escuela. El introducir este tipo de aprendizajes nos ayudará mucho a revertir la situación crítica de nuestra educación, sobre todo de los niños, adolescentes y jóvenes.

También es importante corregir el acompañamiento que estamos haciendo del desarrollo de las infancias. Con la implementación de la educación virtual, se ha dejado de lado el aspecto socializador de la escuela. Desde el proyecto que dirijo, los mismos niños y niñas nos hacen llegar el malestar que tienen bajo este sistema. Nos cuentan que solo les mandan tareas y no les hacen un seguimiento. Se trata de ver el nivel de progreso de los niños, porque no solo hay que ayudarlos intelectualmente.

Abramos más espacios para que los niños y niñas de nuestro país tengan la posibilidad de desarrollarse plenamente, que no solo se concentren en los saberes prácticos, sino también en las habilidades que necesitan para desarrollarse como buenos ciudadanos y ciudadanas, sobre todo en este contexto tan crítico para la educación peruana.

Ayúdame a lograr este cambio de la mano con Osoigo Perú. Para colaborar solo tienes que dar click en “APOYAR”, llenar el formulario o firmar con tu cuenta de Facebook. Si logramos reunir 350 firmas, se podrá introducir este tema tan urgente en la agenda pública y tendrán que respondernos a través de la plataforma de Osoigo. ¡Trabajemos juntos y juntas por una verdadera educación para las infancias!