Soy Karma Karina Hernández, ciudadana y trabajadora cartagenera. Me he desempeñado en el sector óptico, trabajando en ópticas y en entidades de salud. Sin embargo, a raíz de diferentes afectaciones de salud, me quedé sin empleo y sin la posibilidad de volverme a emplear, ya que las empresas nos rechazan cuando notan que tenemos una enfermedad. Por ello, realizo esta petición. 

En la última empresa done laboré, empecé a sentir diferentes síntomas y dolencias, como el dolor de cabeza constante. Nuestra jefa de personal, en ese entonces, siempre acomodaba los turnos de nosotras según su parecer. Yo, al no tener hijos, era quien debía estar en los turnos más extensos y exigentes, aún con mis dolencias. Nunca pude obtener permisos para hacerme ver por el médico y entrar en un tratamiento, por lo que mi enfermedad seguía avanzando. 

Tampoco tenía quién me reemplazara en el trabajo y generalmente, para obtener permisos, necesitaba soportes médicos, algo que, de igual manera, me era difícil de conseguir si no contaba con el tiempo para hacerme exámenes. Cuando finalmente pude obtener un dictamen médico, supe que tenía Malformación de Chiari, una enfermedad degenerativa. La empresa resolvió no contar más conmigo. Mediante un contrato que firmamos varios trabajadores sin saber mucho del tema, nos sacaron. 

“Vas a salir por 20 días, y luego es probable que te llamemos” Fue lo que me dijeron en la empresa, así como a otros trabajadores. En la empresa hicieron revisar mis papeles médicos por abogado, y nunca volvieron a llamarme. Yo fui operada en la cabeza en el año 2019, y tengo secuelas de esa cirugía. He tratado de volver a trabajar, pero el mensaje es algo como “a ella la operaron, la empresa que la reciba, tendría que pensionarla, por su condición”. 

Adicionalmente, cuando tenía 19 años tuve una lesión en la columna que actualmente me está pasando factura. Esto también impide que las empresas me contraten. 

Señores congresistas, sé que esta situación no la he vivido únicamente yo, sino muchos trabajadores en Colombia, quienes son despedidos sin justificación y por motivo de sus enfermedades, son segregados y excluidos por un mercado laboral inhumano. Nosotros, tenemos capacidades, experiencia y mucha disposición para trabajar, pero necesitamos de su apoyo para que las empresas no nos hagan a un lado. 

Gracias a los lectores y a quienes apoyan esta campaña. Necesitamos 350 firmas para que nos respondan desde el Congreso de la República.