The Scottish case represents a threat to the Spanish State and its politicians. A majority of the YES vote in the Scottish process would mean a lot of trouble for the Spanish State Government, as it would start to face a much bigger social support, bigger than the Basque and Catalan nationalisms.

Also, the mere fact that the Scottish citizens have exercised their right to decide makes the Spanish Government uncomfortable, since for Spanish politicians the right to decide is in itself a problem. A problem because they don't and won't ever respect the YES.

As nationalists, we defend an independent Euskal Herria, and we will fight for it. Us defenders of our country's sovereignty accept that our option may lose in a consultation. But not Spanish Politicians. They deny the possibility of a referendum because they won't accept losing.

And now, on top of everything, the claim of the people's right to decide has surpassed the parties, as you say about Scotland, and it has become a claim of the civil society. I'm referring, of course, to the process started by the social movement GURE ESKU DAGO.

El caso escocés es una amenaza para el Estado español y sus políticos. Una respuesta mayoritaria del sí del proceso escocés generaría muchos problemas al gobierno del Estado español, pues temería un apoyo social aún mayor a los nacionalismos vasco y catalán.

Asimismo, solo el hecho de que la ciudadanía escocesa haya ejercido su derecho a decidir genera malestar en el Gobierno español, dado que para los políticos españoles el derecho a decidir es un problema. Un problema porque no respetan ni nunca respetarán el  SI.

Los que somos nacionalistas defendemos una Euskal Herria independiente y lucharemos por ella. Quienes defendemos la soberanía de nuestro pueblo aceptamos que nuestra opción pueda perder en una consulta. Pero, los políticos españoles no. Niegan la posibilidad de votar porque no aceptan perder.

Ahora, además, la reivindicación del derecho a decidir ha traspasado la barrera de los partidos, tal y como citas que ha ocurrido en Escocia, y se ha convertido en una reivindicación de la sociedad civil. Me refiero, por supuesto, al proceso que ha puesto en marcha el movimiento social GURE ESKU DAGO.