Gracias Ricardo por ser ésta mi primera pregunta en osgoigo.com

Comparto contigo la opinión de que deben ser las instituciones quienes pongan los cimientos necesarios para ayudar a esos jóvenes que dejaron su formación básica tempranamente.

Es cierto que los jóvenes con titulación o formación superior, tienen más oportunidades de encontrar un empleo, aunque en realidad no es una garantía, en absoluto, pero si da alguna ventaja con respecto a los jóvenes sin ningún tipo de titulación.

Ante ello, la respuesta más sencilla sería, más educación, más formación. Pero si fuese tan sencillo no nos haríamos esa pregunta, ¿verdad?.

En este caso que nos ocupa, que es gente joven sin formación acreditada, creo que la pregunta habría que responderla por diferentes segmentos de acción.

La primera sería relativa a la Educación-Formación, con planes de choque o planes como complemento a la dramática situación de esos jóvenes. Hoy día la Junta de Andalucía oferta estos planes como la “Beca Segunda Oportunidad” encaminada a incorporar a estos jóvenes que por razones diversas abandonaron sus estudios, permitiendo con ello la vuelta al sistema educativo para completar sus estudios y, de esta manera, mejorar las condiciones para encontrar un empleo.

Otro plan que va al origen de este problema es la “Beca 6000”, que es una medida que pretende prevenir el abandono prematuro de estos jóvenes y lograr su continuidad y éxito dentro del sistema educativo, sirviendo de estímulo para promover que los jóvenes puedan alcanzar una formación de educación secundaria posobligatoria o equivalente.

La segunda parte iría encaminada a la dualidad Formación-Empleo con los “Talleres de empleo”. El éxito de las denominadas escuelas taller y los talleres de empleo, ha estado en la importancia que estos centros han tenido para la inserción laboral de los jóvenes con niveles básicos de educación reducidos, haciendo una función de combinación entre la formación teórica con el aprendizaje práctico. En este tipo de proyectos deberían priorizarse sectores y actividades emergentes con necesidades no cubiertas.

La tercera serían los planes especiales de empleo, como es el caso en Andalucía, el plan “emple@joven” o “emplea 30+” que son unos programas que se diseñan para personas entre 16 y 29 años uno, y para personas de 30 y mayores el otro, las cuales son víctimas de la falta de oportunidades que en muchos casos tienen que ver con su imposibilidad de acceder a un primer empleo o volver a encontrarlo.

Y por último,  emprendimiento. No cabe duda que el favorecimiento del emprendimiento debe ser una medida importante que impulse el mercado de trabajo entre los jóvenes. La cultura del joven que empieza su vida laboral autoempleándose para posteriormente proseguir a través de una micropyme y convertirse a su vez en un empleador que dinamice el mercado de trabajo no está muy arraigada en nuestra sociedad. Esta acción pretende que estos jóvenes conozcan y apliquen técnicas de creatividad orientadas al autoconocimiento, a la búsqueda de empleo y a la generación de nuevas ideas empresariales.

Estas son, a mi entender, 4 pilares fundamentales con las que dar opción a esos jóvenes que no han tenido la suerte de conservar su empleo y que hoy se ven sin muchas esperanzas por no tener una formación acreditada; pero, en Andalucía, todas esas líneas están disponibles por parte de la Junta de Andalucía.

No son medidas infalibles, y muchas de ellas no funcionan todo lo bien que a priori se procura que sea, por ello, habría que poner en marcha un sistema de coordinación entre la institución superior como es la Junta de Andalucía y los Ayuntamientos, ya que son estos los que mejor conocen la realidad de sus jóvenes y sus singulares situaciones.

Un saludo.