Desde pequeños, las personas LGTBIQ+ tenemos que enfrentarnos a abusos y agresiones debido a nuestra orientación o identidad sexual. ¿Cuándo se ofrecerá desde los propios centros educativos información y puntos de apoyo para niños, niñas, niñes y adolescentes del colectivo?

Mi nombre es Juanca y sufrí acoso escolar debido a mi orientación sexual. A veces parece que los acosadores saben que eres homosexual mucho antes que tú mismo. Nunca nadie nos dio información sobre el colectivo LGTBQ+ ni apoyo para superar estas situaciones. Creo que lo más preocupante no eran las agresiones o los insultos sino el silencio que había ante esto. 

Generalmente con la gente de mi clase me llevaba bien, pero siempre tenía problemas con los más mayores. Me perseguían y me llamaban maricón hasta que un día se juntaron en el parque para darme una paliza. Nunca lo denuncié porque sentía vergüenza, no me sentía apoyado, nadie me había enseñado por qué me llamaban maricón o cómo intentar solventar la situación. Me sentía muy vulnerable y de alguna manera incluso creía que merecía ese tipo de cosas. Se me hacía un mundo ir al instituto.

Estos sentimientos no eran nuevos para mí. Cuando tenía 6 años tuve que enfrentarme a un abuso sexual por parte de un hombre mucho mayor que yo. Siempre he pensado que esto de una forma y otra también fue una agresión homófoba. Él fue a por mí porque yo no era como el resto de niños, yo parecía más débil que los demás y esta persona lo utilizó a su favor. A mí este episodio me hizo cambiar por completo, era tan solo un niño, no entendía que era el sexo y mucho menos si era gay o no. 

Después de esto estuve un año y medio en depresión severa sin levantarme de la cama. A día de hoy sigo pasando por esos ciclos de depresión en los que siento asco de mí mismo. Esto podría haberse evitado si hubiera tenido algún tipo de apoyo durante la infancia. Al final son edades en las que estás construyendo el mundo y desarrollando la personalidad. 

Todo esto también me hizo obsesionarme con el cuerpo hasta tal punto de caer enfermo. Tuve que superar la bulimia, algo que no fue fácil. Todos estos factores te repercuten cuando vas creciendo. Estos problemas derivados de los insultos, las agresiones y los abusos, y muy vinculados con mi orientación sexual, aún siguen acompañándome. 

A nivel personal creo que he tenido suerte con la gente de mi entorno. Tanto mis amigos como mi familia fueron muy inclusivos conmigo cuando les dije que me gustaban los hombres. Creo que a la persona a la que más me costó decírselo fue a mí mismo. La gente de mi alrededor me hizo fuerte, pero socialmente aún queda mucho por conseguir.

Por todo esto quiero pedir a las Cortes Valencianas que desde los colegios e institutos se ofrezca información y puntos de apoyo para las personas pertenecientes al colectivo LGTBIQ+. Si damos una correcta atención desde la infancia, podremos prevenir problemas mayores en un futuro.