En un país con la diversidad territorial que tiene el Estado español, dividido en CCAA  y que  tiende a una cierta estructura federal, lo lógico es que tenga una de las dos cámaras dedicada al debate territorial. Ese sería su verdadero sentido.

Cuando se planteó en la Constitución un sistema bicameral se hizo para dedicar el Senado a los territorios y, la verdad, es que no se ha desarrollado lo suficiente esta vía. Lo lógico se debería profundizar en un Senado que tenga en cuenta los territorios que lo integran, con sus diversidades, sus lenguas y los temas que competen a los territorios y no una cámara de segunda lectura como es ahora.

Abolirlo sólo tiene sentido si se abole el Estado de las Autonomías.