Pregunta para Congreso de los diputados
Un año después, la DANA ha dejado huella en miles de familias y, sobre todo, en la infancia: firma para que niñas y niños puedan superar el horror de la catástrofe
Las inundaciones provocadas por la DANA han supuesto un escenario devastador. Miles de familias perdieron su hogar, su seguridad, su rutina. Pero aún con más gravedad, más de 71.000 niñas, niños y adolescentes que vivían en los municipios más afectados han visto cómo su infancia se rompe.
Un año después, aparecen cifras que ponen en relieve que la emergencia no acaba con el agua o el barro:
- Uno de cada cuatro menores todavía tiene dificultades para dormir.
- Más del 30 % siente miedo cuando llueve o ante una tormenta.
- El impacto educativo es palpable ya que cientos de centros fueron destruidos o cerrados, miles de niños vieron interrumpida su escolarización.
- Muchas viviendas siguen reparándose o son inseguras: cerca del 15 % de las familias perdió su vivienda; una de cada cuatro considera su hogar «menos seguro» para la infancia.
- Las actividades al aire libre, el deporte, el juego —espacios esenciales para la infancia— han disminuido de forma importante.
Con estas premisas, consideramos que hay que poner el foco en la infancia:
- Impulsar atención psicosocial y emocional para niños y niñas que han vivido el desastre, los miedos y las pérdidas.
- Apoyo económico directo a familias que han perdido vivienda, ingresos o que siguen en situación vulnerable tras la DANA.
- Facilitar los trámites administrativos para ayudas públicas y privadas, para que la reconstrucción no se quede en infraestructuras, sino que incluya a la infancia.
- Recuperación de espacios educativos, de ocio y de juego para que los menores puedan volver a ser niños, sin miedo ni interrupciones.
Consideramos que la infancia debe estar en el centro de cualquier plan de reconstrucción.
Firma y comparte para que niños y niñas puedan recuperar su vida, su seguridad, su derecho a crecer sin miedo.
Cuanta más difusión, mayor impacto. Necesitamos llamar la atención de los responsables políticos y sociales.