¿Qué estamos haciendo para asegurar la integridad y seguridad de mujeres víctimas de acoso?
Mi nombre es Gloria Jiménez. Soy hermana de María, una joven mamá de 3 niñas, muy trabajadora y responsable, que ha sido víctima de acoso durante mucho tiempo.
María trabajaba en un conocido supermercado. Yo solía tener una comunicación constante con ella, es así que me contó que empezó a salir con un compañero de trabajo. Durante ese tiempo, a María se le notaba feliz, así que le dije que todo estaba bien mientras se sintiera así, pero poco sabía yo lo que pasaba dentro de esa relación.
Después de algún tiempo me di cuenta de que mi hermana vivía maltrato y violencia. Le aconsejé que terminara esa relación. Así lo hizo, sin embargo, su expareja la seguía a su trabajo, la esperaba afuera y también se aparecía en su casa suplicándole perdón. Mi hermana cambió de decisión y volvieron a estar juntos, esta vez como ‘convivientes’. Él era un hombre muy celoso y a menudo violaba su privacidad, revisando su teléfono y se ponía violento. Luego de varios episodios similares, se ponía a llorar. Mi hermana daba por hecho de que algo no estaba bien con él, pero su expareja nunca quiso aceptarlo y se negó a recibir ayuda profesional. En un momento de su convivencia, mi hermana descubrió que él continuaba en una relación con otras mujeres. Fue entonces cuando se armó de valor y se separó de él.
En ese momento comenzó a acosarla con más frecuencia. María tuvo que cambiar su número de celular en varias ocasiones y aun así él seguía acosándola. Ella optó por denunciarlo y con eso el acoso se detuvo, pero solo por un tiempo. Un día, cuando ella regresaba del trabajo, la sorprendió antes que pudiera entrar a su casa y la atacó. Ella logró defenderse y los vecinos salieron a ayudarla. Ahora mi hermana está con tratamiento psicológico porque ha sufrido un trauma, nunca antes había pasado por un episodio así. No podía dormir los primeros días, estaba bastante afectada. Tiene miedo de que pueda hacerle algo a sus hijas también.
Queremos que el caso de mi hermana no quede impune. Este hombre se encuentra prófugo y podría volver a intentar hacerle daño a mi hermana o cualquier otra mujer. No queremos quedar abandonadas. El desenlace de María pudo haber sido fatal y formar parte de las estadísticas de mujeres que siguen siendo acosadas física y psicológicamente.
Para vencer la violencia contra las mujeres, como mi hermana, y especialmente ahora, durante la pandemia, se tienen que generar espacios seguros para todas las peruanas, es importante crear políticas para la prevención y atención de la violencia, el acceso a la justicia y el fortalecimiento institucional.
Ayúdanos a llegar a más personas para que se pueda tomar atención sobre este y otros casos en los que las mujeres somos vulnerables antes hombres que piensan que les pertenecemos.
Para colaborar con esta campaña, solo tienes que dar click en el botón de “APOYAR”, llenar el formulario o firmar con tu cuenta de Facebook. El proceso es muy simple y, si logramos juntar todas las firmas requeridas, las autoridades tendrán que darnos una respuesta a través de Osoigo Perú. ¡Juntas podremos acabar con la violencia machista en nuestro país!