Pregunta para Congreso de la República del Perú
El autismo no es una enfermedad, ¿por qué entonces no se eliminan los tratamientos que tratan de “curar” nuestra condición?



Mi nombre es Fran Riba Lecca, tengo 30 años y soy una persona autista. Desde mi plataforma quiero dar a conocer y concientizar sobre los mitos que hay en torno al autismo.
Yo fui consciente realmente de lo que significaba la palabra autismo cuando recibí mi detección, eso en el año 2016 y luego de haber recibido muchas detecciones erradas. Antes de eso, la información era vaga y llena de prejuicios y estereotipos de lo que significaba ser una persona autista. Cuando recibí mi detección sentí pertenencia. Luego de toda mi vida buscando respuestas de por qué salía de la norma, por qué me sentía diferente a los demás: saber que era autista fue para mi felicidad pura, al fin poder dejar atrás muchas frustraciones que me causaba el tratar de encajar en una sociedad que no está hecha para las personas autistas.
Ser autista es percibir la realidad de manera atípica, por ende, vemos la realidad de manera diferente. Cada persona autista es distinta ya que este es un espectro y cada persona se comportará y vivirá su autismo de manera diferente. El autismo es una cultura. Tenemos nuestras formas de interactuar, de socializar, de interpretar. Estas formas ni están mal ni bien, solo son diferentes a la norma.
En otras palabras, el autismo es un cableado cerebral diferente al típico. Es una identidad, una forma de ser y de vivir. Las personas autistas podemos presentar otras condiciones como depresión, ansiedad, TOC, etc. Todos estos, muchas veces, a causa de lo difícil que es vivir en una sociedad poco amigable para las personas autistas.
La comunidad autista vive todo el tiempo situaciones poco agradables porque, como repito, nada está pensado para nosotros. Desde lo más básico, como el entretenimiento: no hay lugares para personas autistas donde se tome en cuenta los estímulos como luz, sonido, aforo, entre otros elementos. En cosas mucho mas importantes como salud, trabajo, educación, no tenemos un acceso digno donde sea respetuoso con la Neurodiversidad. Las personas autistas vivimos siendo ciudadanos de segunda categoría ya que no tenemos garantizados nuestros derechos.
Yo quiero que se escuche la voz de las personas autistas y que podamos eliminar para siempre los estereotipos y prejuicios que recaen sobre nuestra condición. Si se quiere conocer sobre el autismo se debe conversar con personas autistas.
La campaña que inicio con Osoigo nace de la importancia de visibilizar que el autismo NO es una enfermedad, y, por ende, no hay nada que curar. Se debe aprender a respetar la identidad de las personas autistas y dejar de intentar “normalizarnos”, atentando muchas veces contra nuestra salud y vida. Es por eso que quiero pedir que se eliminen los tratamientos y se sancionen a las personas y profesionales que fundamentan su trabajo en “la cura” del autismo. Queremos que dejen de violentarnos.
Con tu firma, me puedes ayudar a cambiar esta cruda realidad y que nuestros representantes escuchen el clamor de grupos reprimidos como el nuestro. Solo tienes que dar click en “APOYAR” y difundir esta campaña en todas tus redes sociales. Si logramos reunir 300 firmas, esta petición tendrá que ser escuchada por los políticos peruanos y respondida a través de Osoigo Perú. Acabemos juntxs con este abuso.