Llevo 12 años pagando una hipoteca cercana a 600 euros, me quedan otros 31 años más por pagar y sin ningún momento haber disfrutado de la vivienda, de ella sólo quedan las paredes. Esta la situación en la que me encuentro después de que mi vivienda fuese ocupada hace ya más de 7 años. 

Mi nombre es Esther González y os quiero hacer llegar mi caso.

El año 2008, debido a la necesidad de comprar una vivienda donde se pudieran trasladar mis padres, di un paso adelante y acepte una propuesta que nos realizaron en una inmobiliaria de comprar un piso de nueva construcción en Algemesí. Era un piso precioso exterior con muchísima luz. Estábamos muy ilusionados.

Desgraciadamente justamente mi padre enfermó, y esto impidió que se trasladará a la vivienda adquirida en Algemesí. Como todos sabéis ese mismo año, en el 2008, dio inicio la crisis económica, que hizo caer la venta de los pisos; la quiebra de promotoras y el paso de las viviendas a propiedad de bancos y la puesta en alquiler de los mismos a personas sin recursos, principalmente inmigrantes, convirtiendo la zona y la barriada en conflictiva, donde imperaba e impera la ocupación y el saqueo de viviendas.

Ante las circunstancias personales que sufrimos, decidimos no hacer uso de la vivienda de Algemesí pero sí utilizar el piso para guardar enseres que no podíamos tener en nuestro hogar de Valencia.

Ya en 2012, cuando me quedaba poco para dar a luz de mi segundo hijo, un día me acerqué al piso de Algemesí para recoger todo lo necesario y es ahí donde por sorpresa me doy cuenta que no podía abrir la puerta. ¡Me habían puesto un cerrojo desde el interior que no permitía acceder a mi propia casa!. 

Desde ese día, estos últimos 7 años han sido un calvario. Hemos sufrido vejaciones de todo tipo. Una de las veces que fuimos nos encontramos a varias personas dentro de la vivienda bajo los efectos de estupefacientes. Al intentar echarlos, estuvieron a punto de que incluso nos denunciaran por allanamiento de morada, «allanamiento de mi propia vivienda».

Cada vez que íbamos era una sorpresa nueva. Otra vez puerta rota, resto de jeringuillas, excrementos humanos, colchones viejos, una plantación de marihuana, escombros de reformas que habían hecho en otras viviendas y los depositaban allí, restos de motos , una caja fuerte abierta... Hace dos semanas fuimos a retirar todo lo que había dentro por miedo a que algún día pueda haber algún incendio y salían tres hombres que no nos atrevimos a preguntar que hacían allí. 

En la actualidad, del piso solo quedan los tabiques porque se han llevado puertas, ventanas, marcos, sanitarios, muebles de cocina, cables de luz, hasta la puerta principal. 

Estamos desesperados y necesitamos vuestra ayuda.

Lo que pedimos al ayuntamiento y todos los grupos municipales es que nos ayuden con esta situación. Necesitamos poner fin a esta situación aceptando la dación en pago de la vivienda para quitar el préstamo hipotecario o que el Ayuntamiento llegue a un acuerdo con el banco lo destine para vivienda  social. 

Muchas gracias por vuestra atención. Esperamos encontrar una solución entre todos.