Pregunta para Parlamento de Canarias

Nuestra salud mental seguirá en peligro hasta que no se disponga de los recursos necesarios en las unidades especializadas y la Sanidad. ¿Cómo vamos a mejorar si no tenemos acceso a esos recursos? ¡Peligra nuestra salud, futuro y vida!

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Cynthia Bermudez Pregunta de Cynthia Bermudez

Me llamo Cynthia, tengo 21 años y vivo en Tenerife. Cuando tenía 16 años fui diagnosticada de Trastorno Límite de la Personalidad, tras ingresar por primera vez en la unidad de psiquiatría del Hospital Universitario de Canarias. Desde entonces he batallado con problemas de salud mental, (además de mi primer diagnóstico ahora estoy pasando por un TCA), por lo que acudo regularmente a unidades especializadas de salud mental.

 

Me he decidido a lanza resta campaña debido a que, desgraciadamente, estas unidades no me han ayudado como deberían e incluso en ocasiones se me ha denegado ayuda profesional y por ende, empeorado mi situación. 

Nos enfrentamos ante una falta de recursos enorme, que perjudica en primera instancia al paciente. En mi caso, y en primer lugar, no ha sido hasta hace muy poco tiempo que me asignaron un psicólogo de la Seguridad Social, lo que más necesito. El resto de tiempo, casi cinco años, he estado únicamente atendida por psiquiatras. Esto ha hecho que los problemas de autoimagen y conductas compensatorias que arrastro desde los 17 años no se hayan mencionado en consulta hasta ahora a mis 21 y la situación haya empeorado gravemente mientras tanto. Esta falta de personal es evidente y profundamente ilógica, ¿cómo se va a garantizar un adecuado cuidado sanitario si hay un solo psiquiatra para tres pueblos enteros? Es imposible mejorar sin acceso a ayuda psicológica y con consultas de 10 minutos en las que solo se te pregunte por la medicación. 

Por otro lado, esta falta de recursos no sólo se da en las unidades especializadas, sino que también en los hospitales. Tras varios ingresos graves en el Hospital Universitario de Canarias, hace unos pocos días volví para ingresar por el TCA, pero me dieron el alta rápidamente al no haber camas suficientes. Sé que esto no me pasa solo a mí. Sé que es algo generalizado que obliga a muchos otros pacientes como yo a volver a sus casas sin ayuda, a pesar de que la necesitaban urgentemente. 

Esto nos deja desamparados, estamos atados de pies y manos, y la única salida que veo y tengo a mi alcance es acudir a un psicólogo privado, recurso al que he tenido que aferrarme ahora porque la ayuda pública escasea. Pero es caro y apenas me lo puedo permitir. Gracias a la ayuda de mi madre puedo ir una vez al mes, lo cual no es para nada suficiente. 

La defensa de la salud mental, su normalización y concienciación se abrió camino tras la pandemia del Covid. En este momento parecía que se veía la luz al final del túnel, se visibilizaba de manera positiva y que la cosa estaba mejorando. Sin embargo, estamos muy lejos todavía. Según la OMS y la confederación de Salud Mental España, el 6,7 por ciento de la población de España se ve afectada por ansiedad o depresión y casi la mitad de los y las jóvenes españoles de entre 15 y 29 años considera que ha tenido algún problema de salud mental. El 9% de la población tiene algún tipo de problema de salud mental y el 25% lo tendrá en algún momento a lo largo de su vida. Por último, más de la mitad de las personas con trastorno mental que necesitan tratamiento no lo reciben, y un porcentaje significativo no recibe el adecuado. 

Es necesario conseguir un compromiso a nivel social, institucional y sanitario, que cree conciencia sobre la salud mental y la prevención del suicidio, y que ofrezca los recursos necesarios para conseguirlo. 

Por ello, y con todo lo aquí plasmado quiero dirigir esta campaña a los representantes del Parlamento de Canarias para que por favor nos escuchen y mejoren la atención y recursos tanto en las Unidades de Salud Mental como en los hospitales en general. 

A nivel personal, son incontables las veces que traté de rendirme, pero hoy estoy aquí y quiero ayudar a otros que pasan por lo mismo. La vida es muy dura cuando tienes una enfermedad mental. Por lo tanto, si alguien dice que se siente mal o que no quiere seguir, tómalo enserio... Esto no es una broma. Mi lucha aún continúa; es lenta y hay altibajos, pero tengo que seguir, tenemos que seguir. 

Pido desde aquí la máxima difusión y apoyo posible a esta campaña. ¡Gracias a todos y a todas!

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