Tanto Mazón como la vicepresidenta del gobierno valenciano han reiterado estos días a preguntas de la jueza de la Dana que su aparición pública en las primeras horas de la tragedia no aportaba nada, haciendo dejación absoluta del liderazgo que sus cargos exigían.

 Es curioso, casi dos años antes, otra tragedia se llevó diez vidas en el incendio de un bloque de viviendas y el presidente Mazón declaraba a los medios hora y media después de declararse el incendio que “seguía las actualizaciones de la información minuto a minuto.” Y así lideró la información institucional desde el primer momento.

Como periodista me decepciona y, sobre todo, me alarma la actitud del periodismo político de camiseta que ya ni contrasta fuentes ni acude a la hemeroteca.

Es evidente que miente Mazón y que su ausencia aquella tarde solo puede tener una explicación.

¿Cómo se puede explicar una cagada política de tal magnitud? Yo me inclino por la existencia de de una relación pasional mutua entre periodista y presidente o simplemente que esté último estaba loco por los huesos de la periodista y solo si el agua hubiera subido hasta el primer piso del Ventorro Mazón habría abandonado el secreto comedor. 

No busquemos más pies al gato y dejemos que la justicia haga su trabajo; eso sí, dentro de una democracia en la que ni la justicia ni los medios de comunicación son independientes.