Mi hija Larissa Giovana Cosío cumplió 8 años el pasado 20 de noviembre y no pude hablar con ella, ni verla, y mucho menos saber en dónde se encuentra. Su papá, David Cosío Farfán, tenía que llevarla el 6 de agosto pasado a un centro de convivencia en Playa del Carmen, en donde yo vivo con mi hija, después de pasar unos días con ella, pero no llegó y no la he vuelto a ver. No es la primera vez que él hace esto, y, tras 6 meses largos de espera, solo pido que las autoridades hagan todo lo posible para que pueda volver a ver a mi hija. 

La última visita pactada que tuvo mi pequeña Larissa con su papá se tenía que dar entre el 19 de julio y el 6 de agosto. Durante esos días yo hablé con mi hija y ella me decía que su padre no planeaba llevarla de vuelta. Aun así, me presenté en la fecha señalada y después de confirmar que no estaban, puse en marcha los trámites para que le solicitaran  que entregara a la niña. Él se negó y, a partir del pasado 2 de septiembre, dejó de contestarme las llamadas y cortó todo contacto conmigo. 

No es la primera vez que él hace esto. He contado más de diez, dese que nos sepamos hace 6 años, las veces en las que él ha incumplido llevarla en la fecha indicada. Una vez se la llevó a Guadalajara y yo no sabía ni dónde buscarla ni qué hacer y no me quedó otra que esperar a que él la trajera. En 2016 él interpuso una demanda alegando que yo ejercía violencia contra mi hija, pero ese proceso arrojó que era él quien estaba ejerciendo un daño psicológico a mi pequeña y se comprobó la falsedad de sus declaraciones. 

Ya existe una denuncia por sustracción en su contra, tengo todos los documentos para comprobar que él ha incumplido con los acuerdos estipulados, pero esta vez se ha mudado de domicilio y yo no sé qué más hacer. Sé que está en Toluca, porque es dónde él reside, pero desconozco su nueva dirección. Las autoridades me dicen que hasta que yo no proporcione el nuevo domicilio, no pueden notificar a su padre para que la devuelva. 

Larissa es una niña muy inteligente,  tranquila,  introspectiva, además muy activa físicamente, le gustan los deportes; ella es muy compañera, a pesar de que es hija única es muy compartida y es muy considerada con los demás. La última vez que hablé con ella la noté algo cansada por todo lo que estaba pasando. Creo que ella ya quiere que esto termine. Pido a las autoridades mexicanas, de la Cámara de Diputados,  que me ayuden a encontrar a mi hija, y que hagan que su papá cumpla con respetar la ley.

Por favor, ayúdanos a firmar y a difundir esta campaña por todos sus grupos-contactos de WhatsApp y Redes Sociales. Si conseguimos 1,500 apoyos, esta pregunta llegará a políticos de distintos partidos de la Cámara de Diputados de México, los cuales nos tendrán que dar una respuesta en esta misma web