Pregunta para Cortes Valencianas

Fui madre a los 16 y he sido discriminada tanto por el hecho de ser joven como por el hecho de ser mujer. ¿Para cuándo más campañas para fomentar el respeto a todas las maternidades, y así las madres jóvenes dejemos de ser un colectivo estigmatizado?

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Me llamo Caterina, aunque todo el mundo me llama Katia, soy de Elche (Alicante), tengo 28 años y tengo tres hijos: Michelle, de 12 años; Aday, de 8, y Noa, de 2 años. Cuando tenía 15 años, me quedé embarazada por no tomar todas las precauciones necesarias y, a pesar de no ser un bebé buscado, decidí seguir adelante.

Durante el embarazo lo pasé bastante mal, me sentí muy sola en muchos aspectos. Por un lado, en el instituto, que hacía 4º de la ESO, mis amigas me dejaron de lado. Al parecer, sus madres habían dicho ciertas cosas sobre mí (que no escribiré explícitamente) y no querían que siguieran yendo conmigo, como si ser madre joven fuera algo que se pega. Además, en el instituto tampoco me sentí acompañada por parte del profesorado para poder compaginarlo todo, y finalmente dejé los estudios poco antes de tener a Michelle.

En la consulta médica tampoco tuve una buena experiencia durante el embarazo. El personal me hacía comentarios como “¿No tenías nada mejor que hacer?” o me hablaban todo el rato de abortar, cuando mi decisión ya estaba tomada. Lo peor de todo es que la mayoría de las personas que me hacían comentarios de este tipo eran mujeres. Por suerte, durante el parto sí me trataron bien, a diferencia de otras madres jóvenes que sí han tenido malas experiencias.

Al cabo de unos años, teniendo más estabilidad económica y personal con el padre de Michelle, me volví a quedar embarazada, pero él me dijo que no quería tenerlo. Después de más de un año en una relación muy complicada, finalmente la dimos por terminada. Durante años estuve yo sola cuidando de Michelle y de Aday, hasta que conocí a mi actual pareja, con quien tuve a mi tercera hija, Noa.

A día de hoy sigo oyendo comentarios por los que me siento discriminada, tanto por el hecho de ser madre como por el hecho de ser mujer. Por ejemplo, que tengo mucha suerte de tener a mi pareja, ya que cuida de mis hijos y “me ayuda” en las tareas del hogar. Por suerte, actualmente soy una mujer adulta y empoderada y ya no me afectan estos comentarios, pero entonces solo era una niña y fue muy duro para mí.

Recuerdo que, si alguna vez (muy puntual) dejaba a mis hijos con mis padres para salir a cenar, la gente decía: “Claro, así cualquiera puede ser madre”. Si lo hubiera hecho una madre adulta, habrían dicho: “Adelante, te mereces un descanso”. Lo peor de todo es que incluso Michelle fue discriminada por tener una madre joven: los niños de su clase no querían jugar con ella porque sus madres decían que yo no era responsable.

Es por todo esto que quiero dirigirme a los miembros de las Cortes Valencianas, ya que soy de la Comunidad Valenciana y son mis representantes en dicha cámara, para que se tomen más medidas para fomentar el respeto hacia las diferentes maternidades, tanto a nivel social como a nivel sanitario, y así las madres jóvenes dejemos de ser discriminadas.

Con esto no quiero decir que se tenga que fomentar la maternidad joven. Yo soy la primera a quien le habría gustado tener más información sobre relaciones sexuales con protección cuando era adolescente, y me parece indispensable. Pero una vez la decisión ya está tomada, el personal de ginecología y obstetricia debería ofrecer un acompañamiento igual que a las madres adultas o incluso más, ya que al fin y al cabo son niñas.

He pasado por años muy duros y he tenido que luchar mucho para llegar adonde estoy ahora, pero estoy muy orgullosa de todo lo que he conseguido y de los valores que estoy transmitiendo a mis hijos.

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