Pregunta para Congreso de la República de Colombia

Mi hijo con cardiopatía congénita ha sido rechazado de varias guarderías. ¿Cuándo habrá personas capacitadas para atender a niños con dificultades de salud en los centros educativos?

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Carminia Ayala Pregunta de Carminia Ayala

Hola, soy Carminia Ayala, soy de Montería y vivo en Villavicencio. A mi hijo Juan Lorenzo Montenegro Ayala, de cuatro años, le fue diagnosticada una cardiopatía congénita cuando estaba todavía en el vientre. La que él tiene es una de las más complejas que hay entre las más de 2.000 que existen. Sus dificultades cardíacas han persistido y lo acompañan hasta la actualidad.

Lorenzo nació el 29 de septiembre de 2016, y de inmediato lo hospitalizaron. Seis días después, el 6 de octubre, le hicieron su primera operación, que tenía como objetivo evitar que la sangre de su cuerpo fuera en exceso a varios de sus órganos y los dañara. Tras pasar por esa cirugía, tuvo que permanecer cinco meses en la unidad de cuidados intensivos, y cuando lo desentubaron sufrió algunas convulsiones. Tiempo después, tuvo tres paros cardiorrespiratorios y cuatro hipoxias. Fue una época muy difícil que pasábamos junto con mi esposo casi siempre en la clínica.

Mi hijo empezó a caminar tarde, a los tres años, y quedó con una displasia y con secuelas en la parte izquierda de su cuerpo. Por eso, fue necesario mandar a hacerle unos zapatos ortopédicos para facilitarle los desplazamientos. No puede hacer demasiado ejercicio, porque cuando corre se ahoga, ni las actividades que un niño de su edad suele hacer. Pero a pesar de esas dificultades, yo lo llevo al parque, le doy todas las atenciones e intento que sea lo más feliz posible.

En 2019 y 2020 le hicieron dos operaciones, ambas en la Fundación Cardioinfantil, en Bogotá, que fueron muy exitosas y que reflejan sus buenos resultados hasta hoy. Por temas de salud y cercanía con la capital, tomamos la decisión de establecernos en Villavicencio, cuyo clima y altitud favorecen a Lorenzo. Pero las condiciones económicas son difíciles: sólo mi esposo trabaja; de él dependen los gastos del hogar. Además, conseguir trabajo en esta ciudad es difícil, a pesar de que yo, por ejemplo, tengo experiencia en servicios generales. No obstante, este año hemos tenido un respiro porque Lorenzo no se ha enfermado.

En todo este tiempo, aparte de las dificultades económicas y laborales, hemos tenido problemas con la educación: a mi hijo lo han rechazado de varias guarderías y jardines, tanto en Bogotá como en Villavicencio, por la cardiopatía que tiene. Siempre nos dicen que no lo pueden recibir, que no tienen a las personas capacitadas para atenderlos. Para que lo admitieran en la guardería en la que está ahora, tuve que dar una lucha larga. E imagino que el próximo año, cuando vaya a entrar en el colegio, tendré que pasar por lo mismo. Y aunque es verdad que a él se le dificulta hacer varias actividades, eso no debería restringirle su derecho a la educación.

Por eso quiero lanzar esta campaña: para pedir al Congreso de la República y a las autoridades que legislen y garanticen que haya personal capacitado para atender a niños con dificultades de salud en los centros educativos. Entre todos podemos ayudar: si esta campaña recoge 350 firmas, será presentada a los políticos para que la respondan en la página de Osoigo. ¿Te unes con la tuya? Firmar no toma más de un minuto. Y después, difundamos este testimonio por WhatsApp, redes sociales y todos los medios posibles. Alcemos la voz en favor del derecho verdadero a la educación para los niños. ¡Mil gracias!

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Pregunta dirigida a: Congreso de la República de Colombia