Pregunta para Cortes de Castilla-La Mancha

Adelgacé para encajar en esta sociedad. Las personas con TCA necesitamos una atención plena y de calidad que se centre más en las terapias psicológicas

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Carlos Gómez Celada Pregunta de Carlos Gómez Celada

Hola, soy Carlos, tengo 23 años, soy de Cuenca (Castilla - La Mancha) y me estoy recuperando de un Trastorno de Conducta Alimentaria (TCA). Inicio esta petición para pedir una atención plena, completa y de calidad a las personas que sufrimos un TCA por parte de la sanidad pública. Es necesario que las instituciones presten la misma atención a la salud mental, así como a la física.

Los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) son trastornos psicológicos graves que conllevan alteraciones de la conducta alimentaria. La persona afectada muestra una fuerte preocupación en relación al peso, la imagen corporal, la alimentación, las relaciones sociales y problemas cotidianos entre otros.

Comencé a tratar mi TCA a los 19 años, aunque yo, desde los 8 años ya empezaba a comparar mi cuerpo con el del resto. Desde pequeño fui un niño gordo y no me gustaba mucho el deporte. Sin embargo, en unos campamentos descubrí el piragüismo y a los 12 años adelgacé muchísimo. Mi TCA se ha visto condicionado por un par de circunstancias que son factores de riesgo en este tipo de trastornos: el primero de ellos, soy adoptado y el segundo mi homosexualidad. Ambas cosas me hicieron creer que la única forma que tenía de encajar en la sociedad era adelgazando. Además, me convertí en deportista de élite, un mundo en el que el peso y la alimentación estaban muy controlados.

Ante toda esta situación, antes de la pandemia, con 19 años, deje el piragüismo y seguí adelgazando. Dejé de comer y me volví adicto a la práctica de deporte excesivo. Tuvieron que tapar y quitar los espejos de mi casa porque no soportaba verme en el espejo, algo que se agravó con la llegada de la pandemia. Me llevaron al médico que lo único que me dio fueron pastillas. 

Me mudé a Valencia a empezar la carrera, la cual tuve que dejar y ahí empezó verdaderamente mi horror. Aprendí a vomitar y  me tiré meses en mi habitación pidiendo y comprando comida en cantidades industriales, para luego vomitarla hasta que llegué a pesar 47 kg. Es ahí cuando me dijeron que si seguía así me tendrían que sondar e ingresar. 

Ante la sensación de abandono y la mala calidad de la atención sanitaria de la seguridad social recurrí a especialistas y atención psicológica privada. Ahora estoy mucho mejor, pero no ha sido gracias a la sanidad pública. Mi experiencia con la seguridad social no ha sido grata solo me ofrecían pastillas y me reducían la medicación si llegaba a determinados parámetros, sin importarles que ese fuese tu peor momento. Solo se preocupan por los números.

El TCA es un trastorno muy estigmatizado, no solo son personas extremadamente delgadas las que lo sufren. Además, siempre se ha relacionado con las mujeres, pero hay muchísimos jóvenes y adolescentes que lo sufren, sobre todo del colectivo LGTBIQ+. Hay muchísimo más estigma para las personas de otros colectivos como el mío que no tienen un cuerpo ideal o que tienen kilos demás. Es un trastorno muy ligado a la visión patriarcal de la sociedad. Es necesario visibilizar e informar a la población y acabar con estos estigmas de imagen y corporales. Y estos empiezan sobre todo en la infancia, como fue mi caso.

Es por todo ello que le pido al Parlamento de Castilla - La Mancha:

  • Una atención pública completa para las personas con TCA. El tratamiento debe ser combinado con medicamentos, si, pero también con una atención psicológica de calidad y continuada y por parte de la sanidad pública.
  • Información. Es necesario desestigmatizar y visibilizar la realidad de las personas que sufren TCA y su entorno para no encasillar y caer en estereotipos.
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