Me llamo Candela y soy psicóloga sanitaria. Desde que empezó la pandemia hemos visto como han aumentado los problemas de salud mental y en concreto los TCA entre adolescentes. Todo esto ha sido en parte provocado por el exponencial uso de los teléfonos móviles y las redes sociales como única forma de sociabilizar. ¿Cuándo se realizarán talleres de sensibilización en los institutos para fomentar la autoestima y la seguridad en uno mismo de forma que no necesitemos compararnos constantemente con cuerpos o vidas ajenas?

Sabemos que las redes sociales y la autoestima se retroalimentan mutuamente, pero ¿hasta qué punto? Es cierto que cada vez estamos más expuestos a las nuevas tecnologías y el uso de las redes sociales por parte de los adolescentes es inevitable, pero ¿sabemos hasta qué punto puede llegar a afectar esto en edades tempranas?

Desde que comenzó la pandemia y con el confinamiento de por medio, han aumentado los problemas de aceptación corporal. El “boom” de la plataforma TikTok ha permitido reproducir vídeos muy inmediatos y de manera constante. Muchos de ellos en los que se presentan consejos para adelgazar, verse más guapa o sentirse mejor con el cuerpo a base de dietas no consultadas por ningún experto y cuadros de ejercicio exagerados. Todo esto ha provocado una gran obsesión con el físico que cada vez afecta a más adolescentes. 

El público objetivo de estas plataformas es en su mayoría preadolescentes, con muy poco criterio y tremendamente influenciados por la opinión ajena. En estas edades lo más importante suele ser la aceptación de grupo, poder formar parte de algo. Si se asocia estar delgada con tener más éxito, muchas chicas harán lo que sea para lograrlo. 

El confinamiento ha sido duro para todos, pero para los más jóvenes ha sido complicado por varios factores. Por un lado, no podían relacionarse con nadie, a no ser que fuera de manera online, y por otro lado estaban encerrados en casa con sus familias con las que quizás no tuvieran buena relación. Esto afecta emocionalmente y en ocasiones puede generar una distorsión de la realidad que se acentúa al estar todo el día conectado con el móvil.

Los casos de anorexia o bulimia han crecido muchísimo debido a esta exposición digital. Hablando con mis compañeras hemos llegado a la conclusión de que en general se está observando una tónica muy habitual de insatisfacción con el cuerpo, no solo en las personas que presentan TCA, y esto es algo muy grave.

Hoy en día, se busca la aceptación social a través del “like”. Muchas chicas cuando están mal suben fotos a Instagram en busca de que los comentarios de la gente logren subir su autoestima. Se ha convertido en un refuerzo social absoluto y muy peligroso. El “like” ya no solo indica que te gusta la foto, sino que te gusta la persona, su manera de vivir, su cuerpo, su personalidad….

Muchas intentan gustar a través de la imitación. Buscan cuentas de famosas influencers e intentan vestir, pintarse y ser como ellas. Encontramos a chicas de 12 o 13 años queriendo tener cuerpos de chicas de 21. 

Por todo esto creo que es necesario concienciar del peligro que esconden las redes desde los institutos. Prohibir las redes sociales es imposible así que desde aquí pido a las Cortes Valencianas que se movilicen para que desde los propios centros educativos se pueda inculcar un pensamiento crítico entorno a esto con el objetivo de que los adolescentes no crean todo lo que ven en Internet y se pueda fomentar la gestión emocional y la autoestima.