La cuestión no es sólo de rentabilidad o viabilidad. Que también lo es. Además de viabilidad económica, lo que debe tener es rentabilidad social y convertirse en un instrumento para la iniciativa cultural. De lo contrario estaremos envueltos en el engranaje que supone esta infraestructura, que ha sido necesario recuperar para que no fuese dinero tirado a la basura,  pero que obliga a una actividad de alto nivel para que no se convierta en un saco sin fondo. Lo que proponemos es, por tanto, que esa infraestructura no sea un mero centro de eventos deportivos o espectáculos sin conexión alguna con la producción cultural propia de Navarra o con otro tipo de eventos de carácter más popular, creativo y participativo.