El pasado miércoles 10 de marzo mis hijos y yo salimos de nuestro hogar, ubicado en Panotla, Tlaxcala, rumbo a la casa de unos familiares cerca de las 18:00 horas. Yo volví al trabajo y mis hijos se quedaron en compañía de sus primos. Según nos han contado ellos, mi hijo Alexander Cano Almeida, de entonces 15 años de edad, bajó a la primera planta de la casa y avisó que ya regresaba. Pero no lo hizo. Y desde esa tarde que no logramos encontrarlo ni saber en dónde puede estar. Creemos que los primeros días son claves para dar con el paradero de mi hijo, y solo pedimos a las autoridades que por favor no dejen pasar más tiempo y que pongan todo lo que está en sus manos para poder localizar a Alexander. 

Ese día para mí había sido como cualquier otro, teníamos una rutina muy clara y no pasó nada extraño que me pudiera indicar que mi hijo se iría. La tarde que él desapareció estuve tratando de comunicarme con él, y aunque no recibía respuesta, sí se le veía en línea en su WhatsApp. A partir de ahí fue imposible volver a tener contacto con él. Su celular habría sido apagado o deshabilitado, porque ya no le llegaron tampoco los mensajes. 

Mi hijo Alexander y yo tenemos un vínculo muy fuerte. No había día en el que no estuviéramos en comunicación. Nunca peleábamos, su círculo de amigos es muy reducido, casi no salía. Él es un chico muy tranquilo, cursa el segundo semestre de preparatoria, en un municipio cercano a donde vivimos. He levantado ya un acta en la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas de Tlaxcala, y también hay dos carpetas de investigación abiertas en la Fiscalía. Sé que las autoridades han tenido algunas pistas sobre dónde puede haberse dirigido mi hijo, pero tampoco sé específicamente de lo que se trate, de los posibles avances que ellos tengan. 

El lunes pasado, gracias a una manifestación que llevaron a cabo familiares y amigos de mi hijo Alexander, se dio un impulso a la investigación y gracias a la ayuda de muchísimas personas a nuestro alrededor hemos continuado con una búsqueda incansable de él. Mi hijo ha cumplido ya los 16 años, lejos de casa, y sin poder saber si está bien. Nosotros lo único que queremos es saber en dónde está y que regrese lo antes posible. Confiamos en que las autoridades escucharán nuestra voz y que, de ser así, tendremos buenos resultados pronto.

Es por eso que he iniciado esta campaña en Osoigo, porque deseo pedirles a nuestros representantes políticos del Senado de la República, que me ayuden a encontrar a mi hijo sano y a salvo. Que nos ayuden a investigar y que contribuyan a que demos con él lo más pronto posible. Han pasado solo algunos días, y confío en que de actuar pronto podemos recuperar a mi hijo y que vuelva a casa conmigo y con sus dos hermanos que están muy preocupados por él. 

Por favor, ayúdame a firmar y a difundir esta campaña por todos tus grupos y contactos de WhatsApp y Redes Sociales. Si consigo 500  apoyos, esta pregunta llegará a políticos de distintos partidos del Senado de la República, los cuales me tendrán qué dar una respuesta en esta misma web.