Pregunta para Asamblea de Extremadura

La peor historia de mi vida: batallar un cáncer de mama. ¿Por qué en ocasiones se trivializa nuestra enfermedad cuando nos enfrentamos a una muy dura realidad?

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Hola, 

Me llamo Belén, tengo 49 años y hace justo un año me diagnosticaron cáncer de mama Her2negativo, carcinoma ductal infiltrante grado II, concretamente. Soy de un pueblo de Badajoz, Olivenza, y para ser completamente sincera, he de admitir que siempre tuve un presentimiento, sexto sentido, o algo así, que me decía que esto podría ocurrirme. Así, acompañando a una amiga cercana al médico por su diagnóstico de cáncer de mama, me fui concienciando. Siempre me palpaba y exploraba, hasta que un día me encontré un bulto. Llamé al médico de cabecera y el proceso fue rápido: mamografía, ecografía y todas las pruebas. El 13 de julio de 2020 mi médico afirmaba que aquello no pintaba bien, y el 14 de agosto ya estaba operada. 

Tras la intervención, en septiembre empecé las sesiones de quimioterapia, a lo que le siguió la radioterapia. El 10 de mayo puse fin a los tratamientos, de ahora en adelante: tratamiento hormonal y revisiones periódicas. Por lo que puedo decir que he recorrido gran parte del camino. 

La agilidad, el trato inmejorable, la profesionalidad y el acompañamiento no han cesado en ningún momento desde aquel diagnóstico inicial, y me siento tan agradecida por ello… Pero el cáncer es mucho más. Mucho más que afrontar, que asumir y contra lo que luchar. Ni el optimismo (que a mí no me ha faltado) es a veces suficiente o te libra de un bajón. Pero los bajones son completamente justos y forman parte de este camino que muchos y muchas pacientes recorremos. 

El pelo no me importó, me importó quizá más cómo iban a afrontar mis hijas este proceso, sobre todo la pequeña, que con 12 años y conviviendo conmigo, lo ha vivido en su propia piel. Mi familia al completo me ha ayudado mucho, al igual que mi hija mayor, pero ella, la pequeña, no ha dejado de estar al pie del cañón ni un solo momento, y yo he sentido tanto eso… 

Porque cuando el cáncer llega, se sienta a tu lado, te golpea, te arrasa, y transforma todas tus prioridades. De repente te has convertido en enfermo y no sabes cómo gestionar las inquietudes y las incertidumbres que te rodean. Y las personas de tu alrededor también sienten eso. De nuestra mano y nuestra mente, como pacientes, deben partir muchos de los pasos a dar en el transitar por la enfermedad, pero el apoyo y sostén tanto médico como institucional, nunca debería faltar. 

¿A qué me refiero? Durante este tiempo he visto como a un cáncer de mama no se le daba la misma importancia que a otro tipo de cáncer. ¿Por qué? Es cierto que se le da más visibilidad, pero ¿acaso eso reduce su gravedad? No. ¿Por qué se trivializa entonces? Al igual que, ¿por qué se trivializa el limbo laboral en el que sumergimos los pacientes oncológicos una vez finalizados los tratamientos? 

Políticos de la Asamblea extremeña: ¿Hasta cuándo?

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Pregunta dirigida a: Asamblea de Extremadura