Error al apoyar
Tienes que rellenar toda la información
Pregunta para Congreso de los diputados
La fibromialgia es una enfermedad crónica que provoca dolor y agotamiento extremo. ¿Cuándo tendrán todas las ciudades una Unidad del Dolor para mejorar nuestra calidad de vida como pacientes?



Mi nombre es Almudena, tengo 30 años y vivo con fibromialgia, una condición crónica que afecta mi cuerpo de formas que son difíciles de expresar con palabras. La fibromialgia causa dolor generalizado en las articulaciones, músculos y tejidos, además de un cansancio extremo que no me permite disfrutar de las cosas que antes hacía con facilidad. Esta enfermedad no solo me incapacita físicamente, sino que también afecta mi estado emocional y mental.
La fatiga es abrumadora, me siento agotada incluso cuando he descansado durante horas. Mis días se reducen a los mínimos esfuerzos, y ni siquiera puedo disfrutar de una tarde en la playa o participar en una comida con amigos o familiares. Es triste decirlo, pero he perdido muchas amistades y ahora mi círculo social se ha reducido considerablemente. Muchos ni siquiera me ven, y es que, ¿cómo me van a ver si la mayor parte del tiempo no puedo salir de casa por el dolor y la fatiga?
A veces, los dolores son tan intensos que me obligan a llorar. Mi cuerpo está constantemente rígido, las articulaciones no responden como deberían, y cada mañana es un reto simplemente para levantarme. La medicación que tomo no tiene el efecto que espero, y las actividades cotidianas que para muchos son simples, para mí son una enorme dificultad: no puedo trabajar, ni realizar las tareas del hogar.
Este diagnóstico ha transformado mi vida por completo. Siempre fui una persona activa, con proyectos y metas, pero ahora me siento atrapada en un cuerpo que no responde. Mi ánimo fluctúa constantemente, la frustración y la tristeza son mis compañeros más cercanos, y por momentos siento que estoy luchando contra un enemigo invisible que no me deja ser yo misma. Incluso, en ocasiones, me siento completamente inútil.
Lo más desgarrador es que, a pesar de vivir con este dolor constante y las limitaciones, no recibo el apoyo que necesito. La sanidad pública no me ofrece la atención adecuada, y a pesar de que estoy recibiendo tratamiento, la espera entre consultas es interminable. Las citas con los especialistas se espacian tanto que me siento completamente abandonada. Y si busco ayuda psicológica, las citas me las dan con meses de diferencia, lo que agrava aún más mi sentimiento de desesperanza.
Es fundamental que se dé visibilidad a esta enfermedad. La fibromialgia no es solo un conjunto de dolores físicos, es una enfermedad que afecta profundamente la calidad de vida y la salud mental de quienes la padecemos. Necesitamos que los médicos reciban una formación adecuada para tratar esta enfermedad, que se reconozcan las secuelas mentales que acarrea y que se nos brinden los recursos necesarios para poder llevar una vida lo más normal posible. Es injusto que, en pleno siglo XXI, tantas personas vivamos con esta enfermedad y no recibamos el apoyo adecuado de la sociedad ni de las instituciones.
Pido que nos apoyéis, que nuestra lucha sea escuchada. Si conocéis a alguien que esté pasando por lo mismo, apoyadlo, porque la comprensión y el respaldo de quienes nos rodean es vital para poder seguir adelante. No podemos hacer frente a todo esto solas. Gracias a todos los que se sumen a esta causa.