Soy Alberto Curamil, lonko del lof Radalco, en la comuna de Curacautín.

Por años hemos visto vulnerados nuestros Derechos Humanos debido a la sequía producida por la industria forestal que ocupa un importante espacio geográfico, en especial las plantaciones de eucaliptos. Además, está la amenaza de la contaminación de las aguas por parte de empresas mineras que pretenden instalarse en nuestra zona.

Como Wallmapu sufrimos consecuencias negativas en nuestra economía y sistema de vida. Si no hay agua las y los machis no pueden encontrar la medicina para sanar las enfermedades que afectan nuestro bienestar físico y espiritual. Hay un conocimiento propio que está siendo pasado a llevar.

El Estado, lejos de entendernos y respetarnos, inicia una persecución contra nuestros líderes y jóvenes que se ven movilizados de su territorio y buscan protegerlo. Este conflicto ha significado muchas veces el encarcelamiento, o en situaciones extremas, la muerte de nuestros compañeros y hermanos, como lo que ocurrió con Pablo Marchan.

En abril de 2019 recibí el Premio Medioambiental Goldman, que se concede anualmente como reconocimiento a defensores de la naturaleza y el medio ambiente. En ese momento el Estado de Chile me tenía encarcelado. Yo pensaba que todo el mundo criminaliza la lucha del pueblo mapuche, sin embargo recibir ese reconocimiento desde el exterior me llamó la atención. Hoy se está trabajando para que el Estado de Chile detenga la violencia policial contra el pueblo Mapuche, situación que se replica en diferentes países con sus pueblos originarios.

Tenemos desconfianza de las autoridades políticas de Chile, por qué no sabemos a quienes obedecen cuando llegan al poder. En Wallmapu se sigue financiando la fuerza militar para reprimirnos y frente a eso los parlamentarios no hacen nada. Tampoco creemos que una Nueva Constitución con cupos reservados ofrezca garantías de terminar con esta violencia Estatal que hoy estamos viviendo.

El principio de nuestra cultura Mapuche tiene relación con el respeto y el Estado nos faltó el respeto como pueblo-nación Mapuche quebrantando la frontera que se estableció en el parlamento de Tapihue en 1825 y vulnerando nuestro derecho a la organización de acuerdo a nuestro ordenamiento, el que sigue fuerte y vigente con nuestras autoridades tradicionales los lonkos, werkenes y machis.

El Estado debe aprender a respetar a nuestras autoridades, personas emblemáticas están siendo perseguidas por tener una visión y postura clara de defensa de su territorio. El respeto es lo primordial para nosotros, y reconocer a nuestras autoridades tradicionales es un paso para empezar a tratarnos de pueblo a pueblo, de nación a nación. Para terminar con este conflicto, nosotros no podemos hacernos parte del Estado y desde ahí encontrar una solución, es importante que se reconozca y respete el hecho de que estamos en nuestro territorio.

Hagamos este llamado con una sola voz.  Si conseguimos 250 apoyos recibiremos una respuesta en esta misma web. Ayúdanos haciendo clic en el botón “apoyar” y difundiendo, es hora de que se reconozca al pueblo-nación Mapuche, nuestras costumbres, autoridades y territorio para terminar con el conflicto.