Pregunta para Congreso de los diputados

¿Cuándo va a existir un acompañamiento nutricional en los pacientes oncológicos?

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Tamara Barragan Pregunta de Tamara Barragan

Hola,

Me llamo Tamara y soy de Madrid. Hace cuatro años, a mis 36, me diagnosticaron un cáncer de mama hormonal. Como cualquier cáncer he tenido que hacer frente a las numerosas secuelas que proporcionan los tratamientos de quimioterapia y radioterapia.

Soy de esas personas que piensa que de todo se aprende. Yo, gracias al cáncer, aunque me hubiera gustado no llegar a este punto, he encontrado mi propósito y es luchar con una actitud positiva sobre un tema que no se le da importancia ni antes, ni durante, ni después de la enfermedad, nuestra alimentación. Y es que es muy importante el tipo de alimentación que llevamos a lo largo de nuestras vidas. 

Antes de saber que padecía un cáncer era repostera creativa, por lo que todo mi trabajo estaba hecho de azúcares. Pero tras mi diagnóstico comencé a investigar y me di cuenta de la importancia de la alimentación y de cambiar ciertos hábitos  para responder bien al tratamiento pero también es muy importante para la prevención y evitar que la enfermedad aparezca.

Una de las cosas con las que más aluciné fue con el menú que me pusieron tras una operación en el hospital. El azúcar es uno de los grandes amigos del tumor, de ahí que no entiendo como te ponen un Cola Cao y unas galletas llenas de azúcares. O que pida leche sin lactosa y que me contesten que esas cosas hay que especificarlas antes. O pedir fruta para desayunar y que me contesten que no está estipulado.

Estudié tanto sobre el tema y vi los beneficios de llevar otro tipo de alimentación que decidí preguntar a mi oncóloga pero esta me contestó que siguiese con la dieta mediterránea habitual. Pero como ella misma asegura, fui rebelde, y decidí cambiarla por mi cuenta. No entendía que estuviese matando a mis propias hormonas pero que me estuviese alimentando a base de fuentes hormonales artificiales de animales.

Si de por sí ya estamos cansados y con mucha falta de vitaminas, imaginate, si estás recibiendo un tratamiento que mata tanto lo malo como lo bueno. Cambiando mi alimentación tengo un claro objetivo: es ayudar a mi cuerpo a luchar contra los efectos secundarios, hacer que mis defensas estén a tope y prevenir la reaparición del tumor.

Tras siete meses discutiendo con ella y años de revisiones mi oncóloga acabo dándome la razón. Y es que en una de mis primeras sesiones mis defensas bajaron mucho y decidieron inyectarme defensas, algo que no me sentó nada bien. Le propuse que me dejará un mes para solucionarlo a base de comer cosas naturales, y lo conseguí.

De ahí que considere que es necesario que el mundo de la nutrición se renueve. Pero además de eso, que se le de la importancia que tiene y las ventajas para nuestra salud, y más en pacientes oncológicos. Durante todo este proceso debería de existir un acompañamiento nutricional y emocional, ya que nuestra gestión emocional juega un papel super importante también en procesos oncológicos.

Por eso pregunto a los políticos del Congreso de los Diputados que son mis representantes: ¿Cuándo va a existir un acompañamiento nutricional en los pacientes oncológicos? ¿Cuándo se van a cambiar los menús de los hospitales? ¿Pretenden invertir más en el 2021 en educación nutricional, adecuada y personalizada, al alcance de todo el mundo tanto para prevenir como para acompañar enfermedades?

Os ruego que me ayudéis  a difundir y firmar esta campaña por todos tus grupos y contactos de WhatsApp y Redes Sociales. Si conseguimos 1500 apoyos, esta pregunta llegará a los distintos partidos políticos del Congreso de los Diputados, teniendo  la obligación de darnos una respuesta.

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