Me llamo Rebeca y estoy superando un cáncer de mama.

A los 42 años, en una revisión rutinaria a través de Muface, la mutua a la que pertenezco por ser funcionaria, observaron algo sospechoso. Aunque en un primer momento pensaron que podía deberse a la pérdida de peso que había tenido durante el último año, me hicieron una resonancia para salir de dudas. En cambio, como seguían viendo algo extraño, me hicieron una ecografía y una biopsia, con las que me confirmaron que tenía un carcinoma ductal infiltrante.

Aunque el tumor del pecho no llegaba a un centímetro, los ganglios estaban afectados, lo que hacía que fuese más agresivo. Ahora mismo me encuentro en pleno tratamiento de quimioterapia, que por suerte ha disminuído considerablemente el tumor. A continuación me operarán y me darán varias sesiones de radioterapia.

En Muface, las pruebas de detección temprana de cáncer de mama empiezan a realizarse a los 40 años. En cambio, en la Seguridad Social no se hacen hasta los 45, por lo que si hubiese dependido de esta última, el tumor se hubiese terminado extendiendo al resto de órganos.

Por ello, con esta iniciativa, pido a las Cortes de Castilla y León que destinen más recursos a la investigación del cáncer de mama y a la realización de las pruebas necesarias para su diagnóstico precoz, empezando por reducir la edad a la que se empiezan a hacer.