Soy Lidia Florencio y en 2017 mi hija Diana fue violada y asesinada en Chimalhuacán, Estado de México, ¿hasta cuándo las autoridades harán justicia al caso de mi hija y de todos los feminicidios que ocurren en México?
M. Eugenia R. Palop

Quiero reconocer vuestra valentía. Me parece que procede del todo no sólo hacer esta escucha, sino canalizar estas voces hacia algún lugar


El pasado martes 11 de mayo, Osoigo llevó a cabo un encuentro virtual entre ciudadanas mexicanas y europarlamentarias. Lidia participó en dicha reunión y expuso su historia así como su petición. Aquí puedes ver el vídeo del encuentro. A continuación transcribimos la respuesta de la diputada del Parlamento Europeo, MªEugenia Palop, aquí puedes ver si respuesta

Empiezo por daros las gracias por habernos dado estos testimonios. Quiero reconocer vuestra valentía. Esta lucha por las mujeres, por las madres, por las abuelas, que se reproduce por toda América Latina y por Europa también. Hoy es el 10º aniversario del Convenio de Estambul, un instrumento jurídicamente vinculante que tenemos en Europa, para, supuestamente, acabar con las violencias machistas, aunque la Unión Europea todavía no lo ha ratificado y hay gobiernos dentro del Consejo Europeo que se oponen al Convenio y tampoco lo ratifican. En Europa hay también violencias machistas y hay feminicidios pero, desde luego, no en la medida en la que se están dando en México desde hace tantísimos años, ya son décadas.

Yo soy feminista y soy profesora universitaria, llevo toda mi vida trabajando sobre los derechos de las mujeres, he trabajado el tema de los feminicidios, conozco los datos y los casos. Y aún así, escuchar de viva voz lo que he escuchado aquí y lo que he escuchado otras veces en otros lugares me deja abatida.

Lo han expresado Clara y Diana: es muy difícil hablar en estas condiciones… Tenéis una sentencia de la Corte Interamericana que fue la primera que condenó a un estado justamente por permitir feminicidios en sus territorios, la sentencia de Ciudad Juárez, donde se ha masacrado a las mujeres durante años. Y ahí se señaló lo que vosotras habéis señalado aquí: la complicidad y el encubrimiento por parte de la Fiscalía, la Policía y el Poder Judicial; la revictimización continua y constante a la que se somete a todas las víctimas, las directas y las colaterales, y la desvergüenza absoluta de las instituciones mexicanas, en todos y cada uno de los estados de México. Más en unos que en otros, pero en todos y cada uno. 

Hemos conocido otros delitos que se han cometido de manera masiva en México pero lo que sucede con las mujeres es un problema que creo merece la pena subrayar. Y evidentemente, aunque lamente decirlo porque es un gobierno presuntamente de izquierdas, López-Obrador no está haciendo lo suficiente y la prueba está aquí. Nosotras, decía antes Diana, somos y tenemos que ser la voz de ciudadanas y ciudadanos europeos, pero también, en la medida en la que formamos parte de estas delegaciones, de los ciudadanos y las ciudadanas afectadas en dichas delegaciones. 

Yo estoy en la Comisión de EuroLat, en la de México y en la de Chile, además soy vicepresidenta primera de la Comisión de Derechos de las Mujeres, donde también está Diana, y por tanto me parece que procede del todo no sólo hacer esta escucha, sino canalizar estas voces hacia algún lugar. Hablaba con Clara ahora por Whatsapp, justo cuando se ha marchado, de que mañana vamos a hablar las tres acerca de lo que se puede hacer. Me he permitido también escribir al presidente de la Delegación de México, que es una persona que creo que va a empatizar mucho con estos casos, y me ha dicho que hablemos para ver qué es lo que se puede hacer, cómo se puede trasladar esto a los otros miembros de la Delegación. Para que no solo se hable del Acuerdo Comercial al que aludía Clara –y que nosotras (La Izquierda europea), en línea también con el grupo de Los Verdes, no consideramos muy positivo porque no creemos que se estén garantizados los derechos medioambientales ni los derechos humanos y, en concreto, los derechos de las mujeres. 

Me parece que canalizar estas voces hacia la Delegación para que, al menos, no seamos nosotras tres las únicas que escuchemos sino también los miembros que están comprometidos con la ciudadanía mexicana porque forman parte de esa Delegación. Y no descarto, junto con Diana y con Clara, que podamos llegar a acuerdos para que podamos ver de qué otra manera podemos amplificar esto para que no quede en la anécdota o en el testimonio concreto. Quizá podamos reunirnos con el embajador de México frente a la UE, yo tengo muchas reuniones con él precisamentepara tratar temas de igualdad de género.

Toda la empatía, todo el compromiso y todo el apoyo en la medida en la que podamos amplificar estas voces, yo me comprometo a hacer todo lo posible junto con Diana y con Clara. Tenemos el alcance que tenemos, tampoco vamos a prometer lo que no podemos cumplir porque somos eurodiputadas. Somos un buen canal para amplificar voces pero no tenemos una incidencia directa sobre lo que sucede en México ni lamentablemente podemos hacer nada por mejorar esa atención policial y judicial a las víctimas. Excepto señalar, criticar y poner el acento para que al menos sientan vergüenza. Y esto sí que lo podemos hacer y es a lo que yo creo que nos podemos comprometer. 

En fin, yo estoy bastante desolada, me pasa mucho y no sé si puedo añadir mucho más. Creo que Diana ha explicado muy bien nuestra posición. Quiero haceros ver que mi compromiso, y estoy segura de que el de mis compañeras también, es sincero. Y las razones por las que estamos en el Parlamento Europeo, o al menos por las que yo estoy en él, tienen mucho que ver con los derechos de las mujeres. Es un compromiso completamente vital. Insisto, soy profesora universitaria y llevo muchos años trabajando sobre ello. De hecho, hice un estudio muy pormenorizado sobre la sentencia de Ciudad Juárez y sobre las sentencias de la Corte Interamericana sobre estos asuntos afectando también a otros países de América Latina. Voy muy a menudo a México, he trabajado mucho allí y hace poco hice un Toxi-Tour porque soy ecofeminista y trabajo temas medioambientales, y atravesé seis estados mexicanos para denunciar todo el deterioro medioambiental de las grandes multinacionales. Una de las razones por las que nos oponemos al Acuerdo Comercial mencionado antes. 

Nuestro compromiso es real. Nuestro alcance es potente aunque limitado. Y asumiendo esas limitaciones, todo el compromiso y todo el apoyo. Y muchas gracias, porque cuesta volver a contar esta historias. Por una parte, es terapéutico y por otra también es muy duro, y lo ha comentado también Lorena, ella misma se ha quebrado mientras lo contaba. Entonces, entiendo que habéis hecho un esfuerzo grande por hacer llegar vuestra voz a lo que representamos ahora mismo en el Parlamento. Y, por eso, os doy las gracias.           


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M. Eugenia R. Palop
 Pregunta Soy Lidia Florencio y en 2017 mi hija Diana fue violada y asesinada en Chimalhuacán, Estado de México, ¿hasta cuándo las autoridades harán justicia al caso de mi hija y de todos los feminicidios que ocurren en México?

Mi hija Diana Velazquez Florencio fue asesinada en julio de 2017, luego de haber desaparecido el domingo 2 de julio a las 2 de la madrugada cuando nos preparábamos para ir a realizar unos trámites a un hospital. Diana salió de la casa para hacer una llamada pero no regresó. Decidimos levantar la denuncia pero las autoridades nos dijeron que la alerta se levantaría 72 horas después de su desaparición porque podría “haberse ido con el novio” o “regresar en cualquier momento”.

Mi familia y yo iniciamos la búsqueda en las calles. Fue ese mismo domingo cuando volvimos a marcar al número de Diana y nos respondió una mujer diciendo que había comprado el teléfono en un tianguis de San Vicente, cuando pudimos levantar la denuncia por su desaparición. El 6 de julio mi hija y su padre en la odisea de entregar oficios para que la Fiscalía procediera a pistas para la línea de investigación, fueron al Servicio Médico Forense a preguntar si tenían conocimiento de algún cuerpo que coincidiera con las características de Diana.

Tras pedir entrar para hacer el reconocimiento,tanto de ropa, cabello y de cuerpo se dieron cuenta que se trataba de Diana, quien se encontraba en un estado de descomposición avanzado y con cero condiciones para mantenerla en la mejor condición posible. La Fiscalía de personas desaparecidas no tenía el registro del hallazgo del cuerpo de mi hija que había sido encontrado el 2 de julio en la calle Francisco I. Madero en Chimalhuacán por parte de las autoridades municipales que la habrían encontrado horas más tarde de su desaparición y que con la necropsia de ley se trataba de una mujer y no de un hombre como al principio lo habían dicho los elementos, todo esto, pese a que nosotros ya habíamos hecho la denuncia ese mismo día, ellos ya tenían conocimiento de que mi hija había sido asesinada y no nos lo hicieron saber.

Mi hija tenía 24 años, vendía dulces en las avenidas transitadas de la ciudad donde vivimos, anhelaba ahorrar lo que vendía para comprarse una computadora y así poder estudiar en línea. Era una chica reservada, casi no tenía amigos, prefería convivir conmigo, con la familia, andar en bicicleta y leer mucho. Diana no merecía esto, ella salió por un momento a hacer una llamada porque en la casa no había buena recepción y fue violada y asesinada.

Pese a que las autoridades han dado seguimiento al feminicidio de mi hija, las acciones no han sido las mejores, pues el 11 de agosto fue vinculado a proceso el posible culpable, sin embargo el juez que lleva el caso desclasificó el delito de feminicidio a homicidio calificado, pues según las investigaciones la persona ahora detenida dice haber participado con otro hombre en el asesinato y violación de mi hija, es decir, hay un feminicida libre y las autoridades no lo han detenido. Yo necesito pruebas contundentes para saber qué le pasó a mi hija, quiénes la asesinaron y si en realidad la persona detenida es una de los culpables.

Pido a las autoridades de la Cámara de Diputados de México quienes me representan lo siguiente: Hacer verdadera justicia para Diana mi hija, quien en 2017 a sus 24 años fue asesinada y violada, que desde su desaparición hasta ahora no se ha dado con los responsables para que paguen por lo que le hicieron. Porque es indignante el feminicidio de mi hija así como el de las 11 niñas, jóvenes y mujeres que diariamente se pierden en México, exijo justicia por mi hija y por todas las chicas asesinadas, así como protección a mi y por todas las mujeres de México. No más violencia hacia la mujer.

Por favor, ayúdanos a firmar y a difundir nuestra campaña por todos sus grupos-contactos de WhatsApp y Redes Sociales. Si conseguimos 1500 apoyos, esta pregunta llegará a políticos de distintos partidos de la Cámara de Diputados de México, los cuales nos tendrán que dar una respuesta en esta misma web. 


Muchas gracias

Enviada por
Lidia Florencio Lidia Florencio
526 de 1500 Apoyos
12.11.2020

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