Para los niños que han superado un cáncer, la vuelta al cole puede ser un momento complejo, inundado por la inseguridad, desconfianza y desasosiego. La enfermedad ha podido acompañarles durante muchos meses, incluso años, y pueden llegar a sentir un sentimiento de pertenencia a una realidad que se aleja mucho de la escuela, del contacto social y el ámbito académico. ¿Cómo actuar entonces?

En la vuelta a las clases tras un tratamiento oncológico, los miedos surgen tanto para los padres como para los niños, y las preguntas los avasallan: ¿Cómo van a recuperar las lecciones educativas perdidas? ¿Habrán perdido el ritmo? ¿Cómo recuperarán el tiempo (social) perdido? ¿Se sentirán solos, excluidos, inadaptados? Por ello, y para que las familias puedan dar respuesta a tantas preguntas es necesario contar con los recursos y facilidades adecuadas. 

Las familias pedimos, por tanto, que en primera instancia los centros de salud cuenten con las máximas facilidades educativas para que el perjuicio académico sea mínimo. Así como el refuerzo del servicio educativo en casa cuando estos niños tienen que estar aislados. Se precisa de profesores especializados y que ocupen más parte de su tiempo, tanto con los niños, como trasladando pautas a seguir para los padres durante estos periodos de tiempo en los que no disponen de profesorado a su disposición. 

¿Acaso una enfermedad como la leucemia no es ya una mochila con la que cargar de por vida como para que el resto de factores se conviertan también en un lastre? ¿Por qué tienen que perder su infancia algunos niños? Reivindicamos por tanto que se actúe en favor de una reinserción efectiva y afectiva para estos pequeños. Reinserción efectiva en lo que se refiere a reforzar todo aquello en lo que el niño flaquea a su regreso: programas de refuerzo, repetición de cursos si la familia y orientadores así lo consideran… Y reinserción afectiva porque son muchas las secuelas emocionales que puede arrastrar el niño en su recuperación. Un acompañamiento psicológico durante la vuelta al colegio podría garantizar una buena adaptación a nivel personal y social. 

Son niños, y han sufrido algo que nunca merecerían. Hacerles el camino de vuelta más fácil puede traducirse en una felicidad que cualquiera valoraríamos enormemente. Hagámoslo posible. 

Necesitamos que las administraciones inviertan más recursos para facilitar la incorporación de nuestros pequeños al colegio y una legislación adaptada a sus necesidades educativas, porque deben tenerse en cuenta las peculiaridades de estos niños. La singularidad de cada paciente exige adaptar la ley, ya que muchos de ellos regresan a las aulas con efectos colaterales derivados de los tratamientos que les impiden desarrollar la actividad con facilidad, llegando además a estigmatizarles en ocasiones (pérdida de cabello, movilidad reducida, vulnerabilidad emocional, etc.). 

Por eso, representantes del Congreso de los Diputados, nos dirigimos a ustedes: ¿Cuándo se implantarán este tipo de medidas para que los niños que salen de una leucemia sufran lo menos posible y no queden desamparados respecto al sistema educativo?

Os ruego que nos ayudéis a difundir y firmar esta campaña por todos vuestros grupos y contactos de WhatsApp y Redes Sociales. Si conseguimos 1500 apoyos, esta pregunta llegará a los distintos partidos políticos del Congreso de los Diputados, teniendo la obligación de darnos, al menos, una respuesta.