Pregunta para Asamblea de Madrid
Soy Celia y tengo Alopecia, un problema que afecta a muchas mujeres. ¿Cuándo darán visibilidad a ésta afección, para que se normalice y lograr así una sociedad abierta a la diversidad?
Fotografía de: David Jar
En la concepción de la sociedad actual, ser mujer y no tener pelo parece algo inconcebible. Sin embargo, estudios recientes afirman que aproximadamente el 40% de las mujeres españolas padecen problemas relacionados con pérdidas del cabello. No obstante, a día de hoy, la alopecia femenina sigue siendo un tema invisibilizado y tabú.
Mi nombre es Celia, tengo 29 años y padezco Alopecia desde los cuatro. A esa edad tan temprana empecé a perder pelo progresivamente. Los médicos lo achacaban al estrés, pero era extraño que siendo tan pequeña padeciera un problema de ese tipo. Durante esos años, mis padres trataron todo lo posible, hice un sinfín de visitas a distintos médicos y probamos todo tipo de remedios.
Sin embargo, al llegar a sexto de primaria, mi pelo había desaparecido por completo. Eso fue a las puertas de la adolescencia, cuando te estás creando un concepto de ti misma y donde los referentes femeninos que te rodean cumplen con los cánones de belleza establecidos. Como se trataba de un problema autoinmune, intenté solventarlo con medicamentos dermatológicos que causan una alergia en la piel para “distraer” al sistema inmunológico y que deje de atacar al propio pelo. Sin embargo, eso solo causaba molestias, por lo que lo dejé.
Fue muy difícil gestionar esta nueva realidad. En casa siempre iba tapada con un pañuelo, y solo me lo quitaba delante de mi madre. En la escuela, aunque llevaba peluca, padecí bullying, soportando todo tipo de comentarios crueles por parte de los niños.
Cambié de instituto para cursar bachillerato. Esos fueron los años más felices de mi vida: estaba en un ambiente respetuoso ante la diversidad, nadie me juzgaba y podía ser yo misma. El no tener que defenderme en mi día a día me ayudó a abrirme hacia los demás y dejar de esconderme. Empecé a involucrarme en movimientos activistas, feministas, y poco a poco a quitarme la peluca en distintas situaciones.
Como mujer adulta, debo de enfrentarme a distintas limitaciones o prejuicios, algo que no me sucedería si fuera un hombre. En mi día a día suelo llevar peluca, exceptuando momentos como el deporte, donde no me es posible, o en situaciones donde quiero dar visibilidad a la Alopecia. Vivir con esta condición supone una lucha interna contigo misma, pero a la vez externa, con la sociedad.
A nivel económico, uno de los principales problemas que se nos presentan es el tema de las pelucas. A día de hoy, estas siguen siendo consideradas un artículo de lujo en nuestro país, por lo que comprar pelo en el extranjero conlleva altos impuestos, y eso supone un importe muy caro. Además, la Seguridad Social cubre pelucas a las personas que padecen cáncer, pero en mi caso, yo no he elegido perder mi pelo, sino que es también a consecuencia de una enfermedad.
Hay muchos aspectos de la sociedad actual que deberían de cambiar. Creo que ésta está todavía arraigada a unos estereotipos y que, de no cumplirlos, vas a ser señalada de alguna forma.
Considero indispensable enseñar a respetar todo tipo de diversidad, y educar a la ciudadanía para que las acepte y las incluya.
Son muchas las mujeres que se encuentran en esta situación y se esconden. A estas les diría que no tengan prisa, que vayan a su ritmo y que no sean autoexigentes con ellas mismas. Nosotras valemos por lo que somos, y no tener pelo es igual de valioso que tenerlo.
Ante esto, quiero dirigirme a los miembros de la Asamblea de Madrid para que tengan en cuenta esta situación, que hagan esfuerzos en dar visibilidad a la alopecia femenina y lograr así que algún día esta sea normalizada y libre de prejuicios.