Pregunta para Junta General del Principado de Asturias

Tan solo 1% va destinado a la investigación del cáncer infantil al considerarse una enfermedad rara ¿Cuándo se va a aumentar la inversión en investigación?

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Beatriz Chacón Pregunta de Beatriz Chacón

Hola,

Me llamo Bea y tengo 19 años. Con tan solo 16 tuve que madurar de un día para otro, tuve que dejar atrás toda la inocencia que tenemos los adolescentes porque me diagnosticaron un linfoma de Hodgkin. Pero desde que me dieron la noticia nunca tuve miedo al cáncer ni al tratamiento sino a perder mi vida tal y como yo la conocía. 

Desde noviembre de 2017 empecé a encontrarme mal, apenas podía comer, me costaba tragar y respirar. Pero hasta junio de 2018 no decidí ir al médico ya que pensaba que era una cuestión de poca forma física y porque tenía miedo a las agujas. Allí mi médica de cabecera me hizo unas analíticas y una resonancia que salieron perfectas, así que me diagnosticaron ansiedad. 

A lo largo del verano me salió como una contractura en el cuello, que no dí importancia y que no se veía con mi larga melena rubia, pero un día de agosto decidí enseñárselo a mi madre, me moví el pelo y le pregunté: “¿Crees que el fisio podría quitarme esta contractura?” A lo que mi madre me aseguró que era una contractura bastante grande y que deberíamos de ir al médico ya que iba a ser necesario algún tipo de antibiótico. 

Así que allí fuimos un 19 de agosto, acabaron ingresándome para hacerme diferentes pruebas y el día 14 de septiembre de 2018 me dieron el diagnóstico final. El mismo día en que empezaba segundo bachillerato, así que solo primero que pregunté fue si iba a poder ir al colegio. 

Y como he dicho no tenía miedo al cáncer sino a perder mi vida. Estaba en el mejor momento de mi vida, tenía una melena súper larga, cada vez más guapa, me veía más feliz y mejor que nunca. Podía llegar a perder segundo bachillerato e iba a tener que empezar mi primer año de universidad con el pelo corto.

Con tan solo 16 años era una adolescente dulce, sana, no bebía, no me había fumado un cigarro, y me tocó, nadie se libra de esta “pandemia”. Maduré de golpe y vi como el resto de amigxs y compañerxs maduraban acorde a su edad, poco a poco. Yo dejé de ver la vida con esa inocencia de adolescente.

Conseguí sacarme bachillerato a base de esfuerzo y por mi misma ya que tanto infantil y bachillerato al no ser obligatorio no tenemos derecho a tener profesores ni en el hospital ni en casa. Tuve la suerte que una de las profesoras era una antigua profesora de mi instituto y cuando tenía huecos me ayudaba. Dos meses antes del alta prevista decidí volver al colegio para ponerme las pilas y poder sacar el curso ese mismo año, no quería quedarme atrás. 

Durante mi tratamiento contra el cáncer perdí mucho más de lo que gané. Pero tras superarlo he ganado mucho más de lo que perdí en el cáncer. Superé la EBAU y tras el cáncer cumplí uno de mis sueños, ser modelo y además de que me escogieron para ser la Reina de las Fiestas de San Mateo, representar a mi ciudad a la que quiero.

Por eso me dirijo a los políticos de la Junta General del Principado de Asturias para que no solo se pida más investigación el Día Mundial contra el Cáncer, no quiero que quede en un simple día para posturear en las redes sociales. A ellos mismos les pregunto: ¿Tienen pensado ampliar el presupuesto para más investigación contra el cáncer en adolescentes? ¿Cuándo van a implantar también las aulas hospitalarias para alumnos de bachillerato que se juegan su futuro?

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