PARLAMENTO EUROPEO: Ante el silencio, la impunidad y la indiferencia en México, exigimos justicia para nuestras hijas, madres y hermanas desaparecidas, asesinadas y violentadas. #NiUnaMenos
M. Eugenia R. Palop

Toda la empatía, todo el compromiso y todo el apoyo en la medida en la que podamos amplificar estas voces. Podemos señalar, criticar y poner el acento para que al menos sientan vergüenza.


El pasado martes 11 de mayo, Osoigo llevó a cabo un encuentro virtual entre ciudadanas mexicanas y europarlamentarias. . Aquí puedes ver el vídeo del encuentro. A continuación transcribimos la respuesta de la diputada del Parlamento Europeo, MªEugenia Palop, aquí puedes ver si respuesta

Empiezo por daros las gracias por habernos dado estos testimonios. Quiero reconocer vuestra valentía. Esta lucha por las mujeres, por las madres, por las abuelas, que se reproduce por toda América Latina y por Europa también. Hoy es el 10º aniversario del Convenio de Estambul, un instrumento jurídicamente vinculante que tenemos en Europa, para, supuestamente, acabar con las violencias machistas, aunque la Unión Europea todavía no lo ha ratificado y hay gobiernos dentro del Consejo Europeo que se oponen al Convenio y tampoco lo ratifican. En Europa hay también violencias machistas y hay feminicidios pero, desde luego, no en la medida en la que se están dando en México desde hace tantísimos años, ya son décadas.

Yo soy feminista y soy profesora universitaria, llevo toda mi vida trabajando sobre los derechos de las mujeres, he trabajado el tema de los feminicidios, conozco los datos y los casos. Y aún así, escuchar de viva voz lo que he escuchado aquí y lo que he escuchado otras veces en otros lugares me deja abatida.

Lo han expresado Clara y Diana: es muy difícil hablar en estas condiciones… Tenéis una sentencia de la Corte Interamericana que fue la primera que condenó a un estado justamente por permitir feminicidios en sus territorios, la sentencia de Ciudad Juárez, donde se ha masacrado a las mujeres durante años. Y ahí se señaló lo que vosotras habéis señalado aquí: la complicidad y el encubrimiento por parte de la Fiscalía, la Policía y el Poder Judicial; la revictimización continua y constante a la que se somete a todas las víctimas, las directas y las colaterales, y la desvergüenza absoluta de las instituciones mexicanas, en todos y cada uno de los estados de México. Más en unos que en otros, pero en todos y cada uno. 

Hemos conocido otros delitos que se han cometido de manera masiva en México pero lo que sucede con las mujeres es un problema que creo merece la pena subrayar. Y evidentemente, aunque lamente decirlo porque es un gobierno presuntamente de izquierdas, López-Obrador no está haciendo lo suficiente y la prueba está aquí. Nosotras, decía antes Diana, somos y tenemos que ser la voz de ciudadanas y ciudadanos europeos, pero también, en la medida en la que formamos parte de estas delegaciones, de los ciudadanos y las ciudadanas afectadas en dichas delegaciones. 

Yo estoy en la Comisión de EuroLat, en la de México y en la de Chile, además soy vicepresidenta primera de la Comisión de Derechos de las Mujeres, donde también está Diana, y por tanto me parece que procede del todo no sólo hacer esta escucha, sino canalizar estas voces hacia algún lugar. Hablaba con Clara ahora por Whatsapp, justo cuando se ha marchado, de que mañana vamos a hablar las tres acerca de lo que se puede hacer. Me he permitido también escribir al presidente de la Delegación de México, que es una persona que creo que va a empatizar mucho con estos casos, y me ha dicho que hablemos para ver qué es lo que se puede hacer, cómo se puede trasladar esto a los otros miembros de la Delegación. Para que no solo se hable del Acuerdo Comercial al que aludía Clara –y que nosotras (La Izquierda europea), en línea también con el grupo de Los Verdes, no consideramos muy positivo porque no creemos que se estén garantizados los derechos medioambientales ni los derechos humanos y, en concreto, los derechos de las mujeres. 

Me parece que canalizar estas voces hacia la Delegación para que, al menos, no seamos nosotras tres las únicas que escuchemos sino también los miembros que están comprometidos con la ciudadanía mexicana porque forman parte de esa Delegación. Y no descarto, junto con Diana y con Clara, que podamos llegar a acuerdos para que podamos ver de qué otra manera podemos amplificar esto para que no quede en la anécdota o en el testimonio concreto. Quizá podamos reunirnos con el embajador de México frente a la UE, yo tengo muchas reuniones con él precisamentepara tratar temas de igualdad de género.

Toda la empatía, todo el compromiso y todo el apoyo en la medida en la que podamos amplificar estas voces, yo me comprometo a hacer todo lo posible junto con Diana y con Clara. Tenemos el alcance que tenemos, tampoco vamos a prometer lo que no podemos cumplir porque somos eurodiputadas. Somos un buen canal para amplificar voces pero no tenemos una incidencia directa sobre lo que sucede en México ni lamentablemente podemos hacer nada por mejorar esa atención policial y judicial a las víctimas. Excepto señalar, criticar y poner el acento para que al menos sientan vergüenza. Y esto sí que lo podemos hacer y es a lo que yo creo que nos podemos comprometer. 

En fin, yo estoy bastante desolada, me pasa mucho y no sé si puedo añadir mucho más. Creo que Diana ha explicado muy bien nuestra posición. Quiero haceros ver que mi compromiso, y estoy segura de que el de mis compañeras también, es sincero. Y las razones por las que estamos en el Parlamento Europeo, o al menos por las que yo estoy en él, tienen mucho que ver con los derechos de las mujeres. Es un compromiso completamente vital. Insisto, soy profesora universitaria y llevo muchos años trabajando sobre ello. De hecho, hice un estudio muy pormenorizado sobre la sentencia de Ciudad Juárez y sobre las sentencias de la Corte Interamericana sobre estos asuntos afectando también a otros países de América Latina. Voy muy a menudo a México, he trabajado mucho allí y hace poco hice un Toxi-Tour porque soy ecofeminista y trabajo temas medioambientales, y atravesé seis estados mexicanos para denunciar todo el deterioro medioambiental de las grandes multinacionales. Una de las razones por las que nos oponemos alAcuerdo Comercial mencionado antes. 

Nuestro compromiso es real. Nuestro alcance es potente aunque limitado. Y asumiendo esas limitaciones, todo el compromiso y todo el apoyo. Y muchas gracias, porque cuesta volver a contar esta historias. Por una parte, es terapéutico y por otra también es muy duro, y lo ha comentado también Lorena, ella misma se ha quebrado mientras lo contaba. Entonces, entiendo que habéis hecho un esfuerzo grande por hacer llegar vuestra voz a lo que representamos ahora mismo en el Parlamento. Y, por eso, os doy las gracias.           


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M. Eugenia R. Palop
 Pregunta PARLAMENTO EUROPEO: Ante el silencio, la impunidad y la indiferencia en México, exigimos justicia para nuestras hijas, madres y hermanas desaparecidas, asesinadas y violentadas. #NiUnaMenos

ESTA PREGUNTA ESTÁ DIRIGIDA A POLÍTICOS Y POLÍTICAS DEL PARLAMENTO EUROPEO :

 

Somos las madres e hijas de mujeres y niñas que fueron violentadas, desaparecidas y asesinadas en México. Somos las familias que no han recibido justicia y que levantan la voz para que el recuerdo de ellas no se pierda entre las noticias cotidianas de violencia, las elecciones o las terribles cosas que pasan cada día en este país. 

Somos Lorena Gutiérrez, la madre de la pequeña Fátima, de solo 12 años, que fue brutalmente asesinada el 5 de febrero del 2015 en Lerma, un municipio del Estado de México. Y que, debido a ese feminicidio, su familia tuvo que abandonar su hogar ante las amenazas de los responsables de su muerte. Además, somos también esa madre, Lorena Gutiérrez, la mamá de Dany, de 16 años, que murió por negligencia médica el pasado 24 de noviembre de 2020, en Nuevo León, pese a que se encontraba bajo medidas de protección por el feminicidio de su hermana. Un joven a quien le negaron la atención médica en cuatro hospitales de ese Estado: en el Materno infantil de Guadalupe, Nuevo León, en el San Vicente, en el Universitario de Nuevo León, y en el psiquiátrico. En el último de ellos fue donde le suministraron un ansiolítico y antidepresivo sin conocer su historial médico y sin siquiera haberlo pesado y medido, hasta que volvió a su casa en medio de la madrugada, para morir ahí.

Somos todas nosotras Ana Martínez, la hija de Marilú Camacho, quien fue asesinada en octubre de 2020, en la alcaldía Tlalpan, en la Ciudad de México. Todas somos Ana, quien estando a la distancia, pero en comunicación constante con su madre, de un momento a otro perdió toda noticia de ella. Somos ella, pues la pareja de su madre aprovechó que Ana se encontraba lejos físicamente para fingir la desaparición de Marilú. Ella retornó de inmediato, pero luego de semanas angustiosas y de búsqueda incesante, intuyó que el silencio y las evasivas de la pareja de su madre eran una mala señal. Su alarma fue creciendo, porque Ana estaba segura de que su mamá nunca habría partido así, sin más. Todas somos Ana, que, aunque sabe que nada traerá de vuelta a su mamá, busca enfáticamente que los responsables de la muerte de su madre no salgan libres de culpa, como suele ocurrir en el sistema de justicia mexicano.

También somos Maribel Enciso, una mujer que busca a su pequeña hija María José Monroy Enciso, arrebatada de su lado el 21 de septiembre de 2010 dentro de un consultorio óptico en donde ella trabajaba en Tecámac, Estado de México, cuando la niña tenía solo 11 meses de edad. Somos ella, sobreviviente de un intento de asesinato, pues el responsable le cortó el cuello, sin lograr quitarle la vida, para poder llevarse a la niña. A pesar de que el culpable está preso, se ha negado a decir en dónde y a quién entregó a la pequeña hace ya 10 años. Somos esta madre, Maribel Enciso, que fue, como todas, víctima de una violencia institucional que se extiende por todo México.  A quien las autoridades negaron ayuda para buscar a su hija debido a la coyuntura política que se vivía en ese estado, cuando el entonces gobernador enfilaba su postulación como próximo presidente de México: Enrique Peña Nieto. 

En esta campaña somos todas Lidia Florencio, la mamá de Diana Velázquez Florencio, una mujer de 24 años que fue violada y asesinada en Chimalhuacán, Estado de México, en julio del 2017, tras salir de casa a hacer una llamada no volvió más. Somos Lidia, quien buscó en las calles a Diana junto con su familia y nadie les dio pistas ni información; a quien las autoridades ocultaron el hecho de que su hija había sido encontrada tras ser asesinada el mismo día de su desaparición; quienes tuvieron que entrar y buscar ellos mismos en un centro del Servicio Forense para descubrir que ahí estaba el cuerpo de Diana, en avanzado estado de descomposición y sin que las autoridades se lo hubieran comunicado. Quienes, entre tantas negligencias que sufrieron durante su búsqueda, se enfrentaron con el hecho de que, incluso los patrulleros que acudieron al llamado de los vecinos en la calle en donde los asesinos dejaron muerta a Diana, les dijeran que aquel cuerpo era el de un hombre y no el de una mujer con las características de su hija.

Somos esas madres quienes, como a Lidia Florencio, en un Ministerio Público les dijeron que no levantarían la denuncia hasta pasadas las 72 horas de la desaparición porque seguramente sus hijas “se habían ido con el novio”; somos Lorena Gutiérrez a quien antes de morir, su hijo Dany preguntó: ¿Por qué ellos, la familia de Fátima, y no sus asesinos, tenían que estar desplazados? ¿Por qué tenían qué vivir como prisioneros? Somos Ana Martínez, que después de varios días de silencio de Marilú, volvió a México y tardó otras tres semanas para encontrar el cuerpo de su madre. Y somos Maribel, quien sospecha que su hija María José es víctima de adopción ilegal, sin que las autoridades cuenten con una estrategia de búsqueda para su localización.

Hemos iniciado esta campaña todas nosotras, en la página de Osoigo, ante la indiferencia en México de las autoridades y de los políticos y las políticas; porque padecemos las consecuencias de la impunidad y la corrupción, lo que deteriora nuestra calidad de vida indefinidamente. Iniciamos esta campaña para llamar la atención de los políticos y políticas del Parlamento Europeo, y de los países que sean necesarios, para que incidan de alguna forma en lo que nos está pasando en México, donde cada día asesinan un promedio de 10 mujeres. 

Por favor, ayúdenos a firmar y a difundir esta campaña por todos tus grupos y contactos de WhatsApp y redes sociales. Si conseguimos 700 firmas, esta pregunta llegará a políticos y políticas de distintos partidos en el Parlamento Europeo, quienes nos tendrán que dar una respuesta en esta misma web.

¡Muchas gracias!

ESTE ES EL LISTADO DE LOS POLÍTICOS Y POLÍTICAS DEL PARLAMENTO EUROPEO QUE, DE CONSEGUIR LAS FIRMAS NECESARIAS, TENDRÁN QUE RESPONDER A ESTA CAMPAÑA.

Izazkun Bilbao 

Xabier Benito Ziluaga

Nacho Sánchez Amor

María Eugenia Rodríguez Palop

Clara Aguilera

Diana Riba i Giner

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