Pregunta para Congreso de la República del Perú

¿Por qué se siguen produciendo negligencias en las investigaciones de feminicidios?

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Idalí Fernandez Pregunta de Idalí Fernandez

Mi nombre es Idalí Fernandez. Soy hija de María Alvarado Cruz, una mujer trabajadora y luchadora que lastimosamente no pudo resistir los ataques de un hombre violento y sádico. Ella fue asesinada a los 45 años.

Mi madre vivía en Rioja. Desde muy pequeña tuvo que trabajar y valerse por sí misma. A pesar de esto, ella nunca dejo de ser una persona muy alegre, solidaria. Era muy humana en todos los sentidos. Con mi papá empezaron a no comprenderse, entonces decidieron separarse y ella se mudó muy cerca de esa casa, para no dejarnos solos. Puso un negocio donde vendía productos de primera necesidad y otros abarrotes. En ese entonces ella comenzó a frecuentar a otra persona, un profesor del colegio en donde estudiábamos. Esta relación no fue aprobada por nuestra familia ni por la del señor.

Al principio de la relación parecía que eran la pareja perfecta, pero siempre hubo algo que no me cuadraba. Por eso yo decidí seguir en la casa mi padre, mientras que mi hermano menor se quedó con ella. Al poco tiempo, mi hermano también decide venir a vivir conmigo porque resultaba que mi mamá estaba pendiente de este señor todo el tiempo, y también que este señor le gustaba beber y se ponía violento con mi hermano. Así, mi mamá se quedó sola y empezó la tortura para ella. Se aprovechaba que nosotros nos habíamos distanciado y ahora era agresivo y malcriado con mi madre.

Para el 2016 yo ya vivía en Lima y quedé embarazada. Este hecho hizo que retomara poco a poco la relación con ella, pero seguía disconforme con este señor. En 2019, y ya con mi hija de dos añitos, nos fuimos de vacaciones un 23 de marzo hasta fines de agosto. El señor se molestaba mucho cuando yo visitaba a mi mamá, incluso llegué a presenciar una discusión que tuvieron. Cuando yo me regresé a casa, ella me llamaba todos los días, llorando. Siempre me hablaba de muerte y preocupada. Yo trataba de distraerla, pero lo cierto es que cuando uno no vive una situación de maltrato, no lo entiende. Para tranquilizarla, le dije que para las fiestas de Navidad volvería a visitarla. Yo no pude viajar por otros problemas y entonces decidimos hacer una videollamada para saludarnos. Al día siguiente, el 25, fue el último día que vi a mi madre con vida.

La madrugada del 26 de diciembre de 2019 encontré mi celular con algo cerca a 150 llamadas perdidas de diferentes personas. Solo llegué a leer un mensaje de mi hermano: habían quemado a mi mamá. Busqué en mi celular y encontré un mensaje de voz de mi mamá, donde me pedía ayuda con unos papeles que le pedían en el hospital. Traté de devolverle la llamada, pero fue inútil: cuando prendí la televisión, todos los canales tenían la noticia de mi mamá.

Inmediatamente viajé a Rioja. La directora del hospital me dijo que la situación de mi madre era complicada. Que tenía quemaduras en todo el cuerpo y que, cuando ingresó con la ayuda de un vecino, tenía olor a gasolina. El 27 de diciembre, a las 7 a.m., mi mamá murió.

Por versiones de testigos, nosotros sabemos que mi mamá y este señor fueron a una fiesta. Aquí estuvieron tomando y luego fueron a un karaoke. Tenía intenciones de embriagarla para luego proceder con la atrocidad que le hizo: quemarla viva.

El vecino que la acompañó al hospital cuenta que vio humo negro salir de la casa, por lo que llamó a efectivos de serenazgo. Ellos ven al señor dentro de la casa subiendo y bajando las escaleras. Cuando le preguntan, él dice que no es nada grave, solo que había ocurrido un corto circuito en la casa. Los efectivos se retiran y a los 10 minutos sale mi mamá de la cada pidiendo auxilio. Ella era una antorcha humana. Es allí que el vecino le presta los primeros auxilios y la lleva al hospital.

El 29 de diciembre de 2019, a este señor le dan 9 meses de prisión preventiva. El primer proceso fue muy tedioso por el tema de la pandemia y las cuarentenas. Justamente cuando faltaban 15 días para que venza la primera prisión preventiva, la fiscal pidió una extensión porque no se habían podido hacer muchas diligencias. En ese proceso fue que se perdieron las muestras que se habían tomado para el dosaje etílico, hecho muy grave ya que el encontrarse en estado de ebriedad es un agravante en el feminicidio. Estuvieron perdidas un año entero y, cuando se supieron los resultados, salió que no tenía ni una gota de alcohol en la sangre, cosa que no es cierta por las versiones que conocemos. Todo con un matiz muy turbio.

Hemos pasado muchas cosas en este proceso. Mi hermano tuvo que dejar la universidad y yo también he tenido que dedicarle mucho tiempo al caso. Estamos a la espera de las audiencias orales, esperando que haya justicia, porque el caso ha sido tratado con mucho descuido. En provincias, la corrupción se produce a vista y paciencia de todas las personas. Si tienes plata o contactos, te sale todo bien. Este señor ha sido secretario de un partido político en la región San Martín, es un hombre muy conocido. Si yo no perteneciera al colectivo Familias Unidas por Justicia y con la ayuda legal del Ministerio de la Mujer, este señor estaría libre.

Yo sé que las negligencias que se han cometido en el caso mi mamá no son extraordinarias. Es el pan de cada día con el que tratan a las víctimas de feminicidio. Es por eso que hoy emprendo esta campaña, para que mi madre y todas las mujeres puedan encontrar la paz que se merecen.

Para esto necesito que me ayuden firmando esta campaña en Osoigo Perú. Si esta llega a los 300 apoyos, autoridades tendrán que responderme por este y por todos los casos en los que se hayan producido negligencias. Solo tienen que dar click en “Apoyar” y ayudarme a difundir con sus contactos de Whatsapp y otras redes sociales.

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Pregunta dirigida a: Congreso de la República del Perú