Soy Vicente, estudiante de filosofía en la Universidad de Chile. Me interesan mucho los temas relacionados con sexualidad y teoría de género. He trabajado junto a Anastasia Benavente, una activista trans/travesti, haciendo capacitaciones en educación sexual para profesores. Trabajamos en el Liceo Eloísa Díaz y la Universidad del Bío-Bío.

La educación sexual en Chile ha sido insuficiente, porque en lo concreto nunca ha existido, sino meramente planes de prevención en torno al embarazo y las ITS. Además de la censura y la poca voluntad política para cambiar esto, especialmente por parte de grupos conservadores.

Creo, no obstante, que el contexto social nos ha empujado a abrir las puertas hacia la relevancia de una educación sexual integral, especialmente enfocada en cómo nos relacionamos con nosotros y con los otros.

Es importante y necesario que la educación sexual sea “integral”, ya que pareciera que los argumentos contra la educación sexual se focalizan en reducir “sexualidad” a “sexo”, cuando la verdad es que el sexo es lo que menos importa, sino más bien, lo importante es que se trate de un cuidado hacia uno y los demás, de una relación con uno y con los demás, que se trate de algo que se piense desde el cuerpo. Y ahí no hay sexo, hay ética, una ética de lo corpóreo, si gustas.

Por lo tanto, en una educación sexual se pueden trabajar problemas tan cotidianos como el abuso sexual, el uso de sustancias o nuestra relación con el placer y el displacer, los cuales se pueden abordar desde múltiples perspectivas para obtener un impacto real en la vida de las personas.

Me gustaría entonces preguntarles ¿Qué es, bajo su perspectiva, la educación sexual? A pesar de que todos reconocemos su importancia ¿Por qué se continúan haciendo esfuerzos para que no se aplique?

Para que esta pregunta llegue a las autoridades pertinentes y nos den una respuesta en esta misma web, necesitamos el apoyo de ustedes. ¡Sé parte de la petición haciendo “clic” en apoyar y difundiendo!