Hola,

Soy Vanesa, soy administrativa, disléxica y tengo TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad). Hoy no estoy aquí por mí, hablo en nombre de mi hijo Héctor que también lo ha heredado y queremos contarlo para que los políticos nos escuchen y adapten la educación pública en Madrid.

Mi hijo cursa 6º de primaria en un centro de educación pública. Como en muchos otros centros de Madrid, los alumnos que tienen dificultades para seguir el ritmo de la clase, los apartan y aíslan en clases paralelas en las que reciben supuestamente una atención más adaptada y personal.

Sin embargo, en estas clases agrupan a todos los niños que requieren de un ritmo de clase más pausado pero sus necesidades y trastornos son muy diferentes. Los niños son apartados de sus compañeros de clase para poder recibir esta ayuda, pero: ¿alguien se ha parado a pensar si esto les ayuda o les perjudica en su desarrollo personal y social con el resto de alumnos?

Nuestros hijos lo que necesitan son clases del siglo XXI. Clases basadas en la práctica y toma de contacto con la realidad. Clases más pausados y no sobreestimularlos. La solución no está en apartarlos de sus compañeros sino involucrarlos en la ayuda mutua y el compañerismo entre ellos.

Por todo ello, pido a los políticos de la Asamblea de Madrid que reconsideren medidas como reducir el número de alumnos por aula y respetar el grupo de alumnos en su totalidad a la hora de intervenir con los alumnos que tengan diferentes necesidades.

Muchas gracias por escucharnos,

Vanesa