¡Hola! Mi nombre es Valeria Jiménez, soy de Medellín, Antioquia. Politóloga de profesión, pero diseñadora de modas con cuerpo y alma. Hace unos años que dedico mi tiempo a los trazos, al papel, a las telas, a la aguja y a los colores. Pero mi objetivo principal, es crear una moda sin estereotipos, una moda para todos los cuerpos. Bajos, altos, gordos o flacos, con cicatrices o discapacidades.

Tengo una discapacidad física ocasionada por un trastorno genético de los huesos llamado Osteogénesis Imperfecta, lo cual causa que mis huesos sean frágiles y por lo cual dependo de una silla de ruedas, sin embargo, esto no me ha detenido de lograr mi objetivo principal. El rompimiento de todo estereotipo de belleza, el cambio de mentalidad de la sociedad hacia las personas con discapacidad. En el proceso, me he dado cuenta de que cada ser humano tiene mucho por mostrar, su valentía que reflejan a través de las cicatrices, su valor sin importar su tamaño o fuerza, sus ganas de salir adelante sin importar si tienes o no una discapacidad; porque si algo he aprendido es a entender y demostrar que no por tener una discapacidad soy más o menos que alguien.  

Mi sueño y meta es llegar a las pasarelas, con mi labial rojo el cual me hace sentir empoderada y con seguridad. Y así romper cada esquema, porque la belleza no es lo físico, sino el valor y ganas que llevas por dentro. 

Amo mi país, me ha dado muchas cosas. Pero, no es secreto que la discapacidad en Colombia, como muchos problemas, tiende a ser romantizada. Porque, una cosa es ser una persona con discapacidad y otra es ser una mujer con discapacidad. Donde salir a la calle sola no es una opción para mí, donde me ven como un triste caso y no me respetan por la edad que tengo, sufrir de violencia sexual y psicológica son casos comunes. El ser vulnerable se convirtió en sinónimo de discapacidad. Todas las mujeres, en zonas urbanas o rurales, merecen respeto y de salir a la calle sin temor alguno. 

Todo esto me lleva a pensar en que necesitamos salir de esa burbuja, en donde la discapacidad no es factor de un caso perdido, de quedarse en casa para siempre sin ser útil o dejar un grano de esperanza en la sociedad. Podemos aportar, de manera diferente con una cosa de más. Pero podemos hacer cosas increíbles si se da la oportunidad. No somos una carga. 

¡Soy bella y soy sexy! Eso me digo cada día, sin importar las críticas o miradas. Lucharé por hacer valer mis derechos, como mujer y persona. No presentaré una carta de discapacidad, porque eso no me define. Pero, la sociedad tiene que cambiar de chip, ¿Cómo me ves y tratas?

Apoya y difunde esta petición, para lograr obtener una respuesta por parte de los políticos en la página de Osoigo. Si esta petición logra las 350 firmas será presentada a los Congresistas. ¡Todos podemos ayudar!