Soy María Teresa González Sánchez, directora de Tengo Asperger y Puedo Aprender, y me preocupa la vulnerabilidad en la que se encuentran los menores de edad con Asperger, así como la estigmatización y discriminación que padecen en sus entornos inmediatos.

La iniciativa que encabezo surgió como un proyecto universitario entre estudiantes de Ciencias de la Educación como una forma imperiosa para dar cabida a las nuevas formas de aprender para los infantes con Asperger.

Lamentablemente en México la mayoría de los docentes no saben cómo tratar ni intervenir en los procesos de aprendizaje de los menores con Asperger, por lo que este proyecto se ha enfocado en concientizar y sensibilizar tanto a los educadores como a los padres de familia sobre los adecuados procesos de aprendizaje de las niñas y niños con esta condición.

Nosotros damos un acompañamiento permanente con barreras específicas de educación con los menores con el apoyo de terapeutas, ya que la pandemia de Covid-19 ha impactado el ámbito educativo.
Con el confinamiento, los menores con Asperger en algunos casos se sienten más cómodos trabajando a distancia desde su individualidad, por lo que algunos se rehúsan a regresar a las actividades presenciales, lo que puede representar un retroceso a las habilidades adquiridas con los estudiantes previo a la pandemia.

Pero también representa un nuevo desafío para los padres de familia, a quienes también atendemos y les compartimos manuales que pueden implementar en sus hogares, ya que hemos identificado que hay alumnos que se sienten más cómodos en su individualidad y por ello el contacto social puede representarles un estrés.

Ante los estigmas en los que viven los menores de edad, tenemos que concientizar y explicar a la familia nuclear, la extendida y a su círculo social más extenso la importancia de comprender en qué consiste el Asperger y que no se trata de un problema, sino de una condición, por lo que en caso de que se considere un eventual regreso a clases presenciales debe realizarse con una preparación previa.

Es importante garantizar la atención a los menores y a sus padres para comprender nuevos procesos de comunicación que permitan un entendimiento más efectivo y que son útiles para la formación de los menores con esta condición.